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LMEDA Mundial: Sebastián Lino y el gol atragantado

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Seguimos girando en torno a una pelota de fútbol. Hoy se declara culpable Sebastián Lino: periodista al mando (junto a Juliana Celle) de Tren Para Pocos, envío radial que se emite de lunes a viernes a las 15 horas en Radio Estación Sur La Plata; y músico con múltiples proyectos -cantautor y parte de Ciudad Grito, nueva banda cancionera junto a Fran Paunero y Nico Piró, también cantante de Veneno y Verano-. Seba es parte del sello Uf Caruf! Discos: en 2010 publicó su hasta hoy único álbum solista, Todo es verdad, Vol. 1; y creó y lleva adelante el fanzine de historietas La Papa Universal.

¿Por qué el gol atragantado? La nota responderá por sí sola a su título, pero... Digamos que la historia de Lino con el fútbol tiene sus ribetes tragicómicos. Para saber el resto, lean:


UNA MIRADA ÁCIDA

¿Hincha de?
Educado de River. Igual nunca logré identificarme del todo. Mi infancia fue con las copas de Ramón Díaz, Francescoli dándole murra y mis abuelos comprándome todo el merchandising posible... Todavía cuelga en mi casa del Sur, a modo de cortina, un toallón del Indiecito Solari.

¡¿Un toallón del Indiecito Solari?! (Risas).
¡Tamaño real! (Más risas). Ese abuso de plástico de los ’90... Allá también tengo un pañuelo de River... ¡Qué ridiculez, es para sonarse los mocos! (Risas).

¿Sentías al fútbol como una obligación, o ni mirabas los partidos?
Hoy no miro, ni sigo, ni chusmeo de fútbol porque me genera rechazo que sea tan obligado. Leyendo a Nietzsche, a Artaud y ahora en la facultad a más analistas de la sociedad, logré entender porque me repelía tanto ese tema... Básicamente el deporte me encanta, como caminar o andar en bici, pero alrededor se creó todo un sistema de competencia y violencia naturalizada que me deja del lado de enfrente hasta que vea algún cambio.

¿Creés que esa violencia te contagia? ¿O es que te hace mal que todo sea tan así?
Me acuerdo de un profesor que daba siempre el ejemplo de las sociedades de masa diciendo "todo muy lindo pero yo voy a la cancha y puteo y me cago a palos con el del otro equipo"; todos decían que sí y terminaba la clase. ¿Por qué hay que decir que sí? Obviamente no estoy en contra de las personas, sino de esa violencia. Y hoy es indivisible. "De las tribunas se puede regresar, tan solo hace falta ser de masa gris", decía Spinetta.
Igual ahora estoy en Radio Estación Sur y si sale el tema de partidos y cosas, tengo mis impresiones, pero siempre con algo de cinismo.

Bueno, tu profesor era un poco talibán, hay de todo... Aunque sí es cierto que en la cancha ves como aparece lo peor de gran parte de la gente. ¿Fuiste alguna vez?
Soy de Esquel, Chubut, así que no pude ver nada más que mis partidos del club barrial. Me acuerdo de un tío emocionado mostrando fotos de que había ido a ver a River. ¡Parecían fotos sacadas al televisor! No le encontré la gracia (risas).
El año pasado fui a ver a Gimnasia para un trabajo de la facu. Me dio mucha risa ver, por ejemplo, un cambio de cómo era todo cuando era más pibe: ¡sólo hinchada local!

Eso le quita un poco de gracia a ir a la cancha.
Y parecía a propósito que el árbitro tenía remera rosa-fucsia. Parecía que lo habían puesto ahí para que la violencia -que no se podía descargar contra el otro equipo- saliera para algún lado. Cuando no pasaba nada, siempre alguno decía "arbitro puto, de rosadito, tragaleche" (risas).


¿Y para la radio tenés que informarte lo básico, o no hace falta?
Justamente, como el mundo obliga al futbol, aunque no quiera me entero y cada día me amigo más de hecho. Antes hacia silencio total o cambiaba de tema... Ahora repito chicanas y le meto algo de absurdo también, por ejemplo con mi novia, que su familia es de Gimnasia y siempre me hago el que los confundo con Estudiantes: "¿quién es ese pelado, Verón?". Cosas así (risas).

Sabrás que te deben querer matar...
Igual en el programa analizamos más las ramas artísticas, pero se vienen días difíciles y le encuentro la vuelta... El martes musicalicé con la cumbia del Mundial, ahora tengo que buscar más para meterle mi contraataque.

¿Te simpatiza alguno de los dos clubes de La Plata, o también te da igual?
Cuando conocí a uno de los chicos de Uf Caruf!, el Soviet de Orquesta de Perros, me obligó a ser de Estudiantes. Después, mi novia me obliga a ser de Gimnasia pero cuesta, con los jugadores que tienen... Como ves, nunca dejó de violentarme el futbol (risas).

EL PARACAIDISTA DE LOS MUNDIALES (Y DOS ANÉCDOTAS CLAVE)

¿Con los mundiales, cómo te llevás?
Este mes la vamos a luchar, porque Juliana Celle, mi compa de la radio, está en la etapa de silencio anti-fútbol; y nuestro operador Ramiro Vinotti tiene un programa deportivo... Así que voy a estar atento al Mundial aunque no quiera. ¿Qué le voy a hacer? Ya solté unos chistes críticos en mi revista de historietas La Papa Universal. Más no puedo: un país entero me enfrenta (risas).

¿Ni los partidos de Argentina te llaman la atención?
El Mundial anterior pasó que justo estábamos armando partidos con los chicos de Uf Caruf! y aunque varios son futboleros eran medio maleta o más grandes, entonces yo terminaba siendo el goleador varios partidos. Así que para motivarnos vimos algún partido en un barcito; divertido, pero no dejaba de ser paródico: no tenía nervios ni ningún sentimiento extra.


Con esa mirada, tan afuera de todo, te debe resultar divertido ver las reacciones ajenas.
Claro, desde esa vuelta del Mundial anterior me amigué bastante y me divierto, pero cuando me cruzo con violentos o densos del tema me alejo rápido... Creo que por eso no fui a jugar más, pero ya volveré. Soy buen jugador eh, un 2 zurdo corredor. Y como me aburro siempre trato de inventar gambetas (risas).

¿Ahora abandonaste la práctica?
Sí. Te doy dos anécdotas clave: iba a un club de barrio de pibe, el DT era un familiar mío, todo el circo, remera, campeonato local, juntar guita... ¡Y no me puso nunca! Un día me puso y me sacó a los dos minutos puteándome y no supe el porqué... Abandoné todo y mi familia se re enojó, todo muy irracional. Ahí me desentendí.
Después: mi primer recital en el Sur, que armé todo, flyers, ir a radios, subir algún demo... Voy al bar, toco un tema, dos... y aparecen diez monos al grito de "¡pongan el partido!"(risas). El Mundial 2006 me cagó el reci, debe ser un récord en el indie patagónico: superfecha de dos canciones (más risas).

Vamos a la primera: ¿tu familia te condenó cuando niño por no querer ir más?
Mi abuela me prohibió ver tele, comprar revistas, salir con amigos, todo. Dijo que por todo el año, pero recuperó la cordura al mes y medio.

Como para que no odies el futbol... (Risas).
Es lo que Focault llama la auto regulación de la sociedad industrial, donde al primer gesto de pensamiento distinto te castigan. Mirá si lo hubiera leído de niño.
Igual siempre hice deporte, pero estoy en contra de la competencia como expresión del capitalismo salvaje. Un día salí segundo en una maratón… ¡porque el primero me tironeó la remera! (Risas).

¿Y no hubo sanción, ganó el otro? Es dura tu historia con el deporte...
Una historia de incomprensión, porque si fuera todo como se dice de diversión, compañerismo y juego limpio.... Capaz que me pagaban los esteroides a mí y no a Messi (risas).

Igual, la anécdota del show es tremenda. Ahí el fútbol se metió en una situación ajena. ¿Cómo reaccionaste?
Reaccioné como todas las otras veces... Callándome y yéndome para otro lado. Es una fuerza que no puedo enfrentar. Ese día, ponele que había 20 personas y se tuvieron que ir conmigo porque no eran del palo del futbol, habían ido a ver que onda la música que tenia para mostrar. Justo fue un amigo que no salía nunca -Berbil, uno de los músicos más extravagantes de la Patagonia- y me dijo que ese momento iba a pasar a la historia... Bueno, ahora esa historia está en La Música es del Aire.


[Foto de Sebastián en la biblioteca, por Victoria Asarchuk.]

LMEDA Mundial: hoy, Oscar Cuervo

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Llegamos a la primera semana de Mundial y el balón sigue girando en Brasil. Mas en La Música es del Aire, esta vez, ponemos la pelota bajo la suela para detenernos en las palabras de Oscar Cuervo. Profesor de Filosofía de la UBA, sabio del cine -estudió en el ENERC-, director de la revista Parte de Guerra en los '90 y, desde 2003, director técnico de ese monstruo de tres cabezas llamado La Otra: primero notable revista, luego nocturno programa de radio en las madrugadas de FM La Tribu y, por último, hipervisitado blog (en el blog encontrarán enlaces a todo lo demás, por supuesto).

Oscar está lejos de ser un gran fanático del fútbol, pero su mirada analítica siempre aporta al debate. Nos cuenta que es de Huracán pero no mira los partidos; que le simpatiza la figura de Maradona (con leves reparos); y que, a pesar de no ser un ferviente futbolero, lejos está de las posturas antifútbol de Jorge Luis Borges y Juan José Sebreli. Allá vamos:


HURACÁN, EL BARRIO Y LOS RELATOS ÉPICOS

¿Hincha de?
De Huracán.

Sé que no sos precisamente un fanático del fútbol...
Efectivamente no soy fanático del fútbol, pero tampoco soy fanático del antifútbol. Digamos que me produce una amable indiferencia, siempre que cerca de mí no se pongan muy densos, onda Tano Pasman o violentos como barrabravas. El fútbol me cae simpático como juego, siempre que se lo tome como juego.

¿Sos de Huracán por simpatía barrial o por herencia familiar?
Soy de Huracán por barrio, por estirpe. Mi papá lo es; un tío mío jugó en la primera de Huracán hace dos billones de años, el Turco Rueduch; mi abuelo materno trabajaba en la Quema: el predio donde se quemaba la basura de la ciudad, que quedaba al lado de la cancha, de donde sale el adjetivo los Quemeros para referirse a los hinchas de Huracán; mis abuelos eran muy pobres y llevaban a mi mamá (de chiquita) y a sus hermanos a buscar cosas valiosas, como ser cubiertos o cosas así que la gente en aquel entonces tiraba a la basura. Digamos que Huracán me evoca todo eso. Barrio de casas bajas, todavía, mucho cielo. Además el logo de Huracán me parece un gran hallazgo de diseño. Me parece que es el logo más lindo del fútbol argentino.

Coincido, es un escudo muy lindo. ¿Y mirás algún partido o sos hincha de sólo para tener qué contestar cuando te lo preguntan?
Hace mucho, pero mucho que no miro un partido entero. Miro un rato y me distraigo, así sea, como fue en estos días, una final entre Huracán e Independiente en la que se decidía el ascenso. No es por ningún principismo, sino que me distraigo y me pongo a leer otra cosa.

¿Hay algo que te acerque al fútbol, algún personaje o algún aspecto del juego que te resulte atractivo?
Me gusta cuando el fútbol genera relatos épicos, las grandes finales del Mundial que tienen alternativas dramáticas, los equipos que remontan un partido a pura garra, cuando Maradona hacía jugadas asombrosas e inolvidables en el '86, cuando lo sacaron del Mundial por el doping positivo; me acuerdo de un partido en el que Palermo hizo algunas jugadas heroicas bajo una lluvia torrencial...

El gol en las Eliminatorias del Mundial 2010, contra Perú.
Debe ser ése. O una madrugada en que Argentina quedó fuera del Mundial, cuando los partidos se jugaban a las 5 de la mañana, ¿supongo que sería en Japón? Recuerdo a Batistuta arrodillado llorando y me parece que era un buen equipo al que le faltó definición. Me quedan imágenes, pero me olvido del argumento. También tengo algunos recuerdos auditivos: los jingles que se pasaban en la cancha de Huracán cuando yo era chico: “si su piloto no es Aguamar, no es impermeable, se lo puedo asegurar...”, o “Proveduría Deportiva tiene de todo, todo, todo...”. Eran unas músicas horribles, mezcla de tarantela y marcha militar, y salían por los parlantes con un tremendo sonido a lata que rebotaba contra el aire frío de la tarde. Me producían una mezcla de fascinación y repudio musical... (Risas).

DIEGO, MESSI Y LOS MUNDIALES

¿Qué te despiertan, por ejemplo, Maradona y Messi?
A Maradona le tengo mucho cariño, aunque a veces su necesidad de estar siempre exponiendo su vida familiar me satura. Por supuesto que es el mejor jugador que vi. Además sus posiciones políticas me resultan simpáticas, aunque a veces también derrapó en ese sentido. Me parece un genio comunicacional, acuñó algunas grandes frases que ya forman parte de habla popular, como “se te escapó la tortuga”, o “la tenés adentro” y mil más. Ahora lo vi en el programa De Zurda, junto a Víctor Hugo, y me da la impresión de que el programa está hecho por gente inepta, que no sabe de televisión, porque sólo así se puede desaprovechar a dos monstruos de la comunicación como ellos. Falta un productor que entienda el lenguaje televisivo, entonces los dos están rígidos y solemnes y pierden lo mejor que saben hacer.

¿Y Messi?
Messi: no me produce nada. Como persona me parece muy aburrido, jamás lo escuché decir algo interesante. Es un bicho experimental, me parece, que no tiene en la cabeza nada más que fútbol y dinero (a diferencia de Diego, un tipo que se apasiona por muchas cosas). Pero a la vez me encantaría que esta vez jugara muy bien e hiciera un Mundial que todos recordemos, que lleve a la Selección bien alto y que haga goles memorables, como los de Maradona. Me encantaría que se haga verdad su fama de crack, algo que en la Selección nunca demostró. Nunca vi a Barcelona, por lo tanto nunca lo vi jugar maravillosamente. Entonces espero que este Mundial deje una huella indeleble.

Durante el Mundial 2010 escribiste: “OK. Señores: empezó el Mundial. Todo muy lindo, me voy a dormir. Despiértenme el 11 de julio a las seis de la tarde”. ¿Toda tu vida fuiste de odiar los mundiales?
¿Dije eso en el Mundial 2010? ¿En Facebook?

No, lo escribiste en el blog.
No me acordaba. Sería que en ese momento no estaba muy enganchado. En realidad no odio los mundiales, me divierte la conmoción social que producen, la gente que llena los bares y se pone a conversar con desconocidos, la manera como atraviesa la vida cotidiana del país. Yo miro con interés no los partidos en sí, sino lo que generan en la sociedad. Ahora, si alcanza cotas muy altas de chauvinismo, de triunfalismo o de depresión, entonces me produce rechazo. Preferiría que se lo tomara con un espíritu más de juego y no como una tragedia ni como una gesta heroica. Sé que pase lo que pase, con Argentina campeón del mundo o siamo fuori della copa, en pocos días todo vuelve a la normalidad. Lo que sí me está saturando es la publicidad.

Es insoportable.
No puedo creer que se apelen a argumentos tan berretas como “los argentinos nos volvemos todos buenos y amamos a nuestro país y somo capaces de hacer cualquier cosa por nuestra Selección” y boludeces por el estilo (risas). Ese tipo de instrumentación me hace detestar el fútbol, sobre todo cuando la gente la asume como propia. Quizás a eso me refería la vez que puse que me iba a dormir hasta que terminara el Mundial.

¿Y aprovechás para hacer otras cosas mientras todos están encerrados mirando los partidos? Ir al cine, al teatro, a un show...
Generalmente cuando todo el mundo está pendiente de los partidos me dedico a hacer otra cosa, ir al cine, leer, u observo como el ritmo de la vida se altera. Depende de cómo me agarre. Quizás me engancho con la Selección y empiezo a mirar los partidos. Si pierden me voy a entristecer un rato y en seguida se me va a pasar. Lo mismo si ganan.

Pensé que tenías una visión más negativa respecto del deporte. Lejos estás de la postura borgiana de “once jugadores que corren detrás de una pelota para tratar de meterla en un arco, algo absurdo y pueril”.
No, la postura borgiana no, menos aún la de Sebreli, que me parece un soberano estúpido. Creo que el fútbol es bello, el juego tiene inteligencia y dramatismo, que es muy lindo observar a los grandes jugadores o a los equipos que están bien ensamblados. Lo que rechazo es la violencia por la que se puede querer linchar a un hincha del equipo rival, ese tipo de identidad reactiva que te lleva a odiar al contrario me resulta muy detestable.

LMEDA Mundial: Pablo Comas, más cappista que Cappa

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Mientras celebramos la ya segura presencia argentina en los octavos de final de Brasil 2014 -fui un iluso al creer que con los partidos de la Selección iba a descansar de Racing...-, continuamos con La Música es del Aire Mundial. Esta vez, expone sus sentimientos líricos Pablo Comas, voz y guitarra de Alucinaria y Vacaciones en Globo, dos recomendabilísimas bandas de la ciudad de Rosario.

Pablo deja varias definiciones para el debate: discute a los técnicos que sólo vencen cuando tienen un plantel de calidad; cree que el menottismo es trasladable a la vida; y está ofendido con el estilo de su Rosario Central, mientras defiende a muerte al Huracán de 2009 y la Selección Argentina de Marcelo Bielsa.


EL ÚLTIMO MENOTTISTA

¿Hincha de?
Soy de Rosario Central

¿Sos futbolero o te da igual?
Sí, futbolero.... ¡Menottista, aviso! Es más: menottista y más cappista que Cappa. Defiendo a Cappa a muerte.

Ah, vos estás totalmente loco (risas).
Soy un menottista raro, igual. Siento un rechazo importante por Riquelme; soy hincha de un equipo sin tradición de buen fútbol y simpatizo con otro equipo que ha hecho un culto del juego especulativo y guerrero (Estudiantes).

¡No podés ser menottista y simpatizar por Estudiantes!
Soy hijo del dilema, y por eso en mi corazón habita lo imposible, pero es así (risas). De hecho, no banco a Independiente y sí banco a Racing. Y soy menottista. Todos mis amigos dicen que yo sería un excelente panelista de programas de fútbol; meto polémica.

¿De dónde surge ese menottismo?
Lo que me interesa del fútbol es ese doble rostro: algo así como un arte escénico por un lado, y un espectáculo de masas por el otro. En cualquier caso me interesa la idea del espectáculo. A mí me erotiza la puesta en escena más o menos coreografiada de 11 tipos organizados en pos de llegar a un clímax, pero no sin antes ofrecer el mejor paso de baile.
Dicho esto, puedo decir que soy hincha de Central porque es así, porque me tocó y no puedo evitarlo. Pero más soy hincha de lo que considero buen fútbol. Menotti es el símbolo de eso, desde lo meramente teórico. Desde la praxis podría mencionar a varios... No voy a mencionar a esos dos, porque son obvios.

¿Qué dos? ¿El Barcelona y…?
La Naranja Mecánica y el Barsa, está claro. De la Naranja vi documentales y fragmentos de partidos. Aunque también, para mencionar algo más cercano, podría mencionar al Huracán de Cappa de 2009… Es el mejor equipo local que yo haya visto desde que miro fútbol (desde el ’97 en adelante, antes era muy chico).

Ese equipo nos gustaba a todos, fue una lástima cómo perdió.
Si, una lástima. Pero como suele pasar con los equipos míticos, uno los recuerda aunque no haya campeonado. Yo de ese equipo recuerdo la formación completa, y en cambio, del Vélez campeón no me acuerdo más que de 4 o 5 jugadores...

¿Y por qué "más cappista que Cappa"?
Es que Cappa es una idea sobre el fútbol. Da igual qué haya hecho. Ramón Díaz ganó más cosas, pero para mí no representa nada. Cappa es una idea, una pasión (risas). Para mi un técnico se define mucho por su capacidad de optimizar lo que tiene. Por ejemplo, Pastore y Bolatti son creaciones de Cappa, los invento él.

En aquel equipo hizo jugar bien a Arano, a Araujo... ¡a Dominguez! Inventó a Goltz también.
Claro. Y así como Cappa, hay otros. Gareca es un gran técnico, Martino lo es, Bielsa lo es. ¿Vos viste lo que hizo Bielsa con el Athletic de Bilbao? ¿Vos habías visto al Bilbao jugar antes de Bielsa? ¿O te acordás de Chile antes de Bielsa? Eso es lo que para mi define a un técnico. Chile era una selección de mierda, hasta que Bielsa les hizo picar el bichito de la grandeza. Y hoy Chile, con nada -porque convengamos, tiene 3 jugadores y lo demás es pasto-, pase lo que pase, te sale a jugar con el pecho inflado. Como si tuvieran la obligación de campeonar.

Igual Chile tiene una buena generación de jugadores...
Sí, pero hoy Chile, naturalmente, siente que tiene que salir a ganar. Fijate cómo perdura la actitud bielsista. Se enamoraron del fútbol: se enamoraron de tener la pelota, de jugarla, de patear al arco. La importancia de jugar sin mirarle los dorsales al rival. Parece una estupidez pero, realmente, hay gente en el fútbol que no está enamorada de todo eso. Hay tipos que están un poco sobrevalorados... Ramón, o el Tolo Gallego son muchachos que no tienen una visión del fútbol, no tienen un sello. No se trata de que te guste el juego ofensivo o no, o de tenencia o no, sino que se trata de cómo una idea impregna a gente que no tiene tradición como para tenerla. Ojo, tampoco creo que sea una pavada saber disponer de lo que tenés, saber tratar con cracks que ganan el cuádruple que vos y que pueden no respetarte; la presión de tener que ganar siempre, etcétera.


CENTRAL, LA SELECCIÓN Y EL MENOTTISMO MUSICAL

¿Sos de ir a la cancha? Rosario es especial con el fútbol.
Dejé de ir a la cancha en el 2008, por ahí. Es una locura ir a la cancha, al menos en Rosario: mucha guita, mucha locura. Hoy, sólo soy un fanático televisivo. Y me la re banco, je.

¿Cómo pasaste los años de Central en la B? ¿Ahí fue cuando dejaste de ir?
No, dejé de ir antes. Porque me fastidia ver la poca trascendencia futbolística de mi equipo. Ya cuando nos fuimos a la B, dejé de verlo. No estoy de acuerdo con eso de “en las buenas y en las malas”. Uno se enamora de la gloria: no trofeos, sino gloria... trascendencia, mística. Cuando no hay gloria ni mística ya da igual.

¿No mirabas los partidos de Central?
Cuando estuvimos en la B, reaccioné ofendido y sólo mire al Barsa. Ojo: ahora que estamos en Primera, no dejé de estar ofendido. No soporto ver a mi equipo mendigar empates con Defensa y Justicia... No puedo tolerar ver a mi equipo tirar centros desesperados para ver si alguno la raspa con la cabeza.
A mi dame mística y yo voy con vos, hasta el final. No me des campeonatos: dame mística. A la Selección de Bielsa la banqué y la seguí bancando aun eliminados en primera ronda. Para mí, Bielsa debería ser el DT de la Selección de por vida, aun así. Porque es la única Selección con mística que yo haya visto. Ese equipo era excelente. Y sí, aun eliminados en primera ronda, nunca fui tan feliz como mirando esa Selección jugar... Aparte, en ese equipo jugaban los dos mejores jugadores argentinos que vi, después de Messi, los dos tipos con más huevos y jerarquía que vi en mi vida. Y estoy dispuesto a bancar esta parada sin claudicar: Sorín y Verón. (Sí, aun el Verón que jugó contra Inglaterra...).

¿Podría decirse entonces que mirás con más entusiasmo el Mundial que la liga argentina? Se supone que en el Mundial están los mejores...
Yo, antes que nada, soy hincha de la Selección (ah, si, un pecado para La Biblia del Hincha Argentino). Así que, el Mundial, ante todo.

¡Pecado mortal, diría Charly!
Si, a diferencia de lo que opinaría cualquiera. Antes que ver a Central ganando la Libertadores (lo pienso y me causa gracia...) quiero verlo a Lionel levantando la Copa en el Maracaná.
Respecto a que se vea el mejor fútbol en el Mundial, ¡no! Por lo general las selecciones juegan feo, porque son casi siempre equipos virtuales. Nuestra actual Selección es un equipo virtual. Pero bueno, un Mundial siempre sorprende. Quizás nos sorprendamos [Nota: la charla se dio horas antes del comienzo del Mundial].

¿Creés que esa búsqueda estética que tenés al ver fútbol tiene relación con tu búsqueda musical?
¡Sin dudas! Para mí es mejor un buen disco que 10 discos regulares. Es mejor una sola gran canción, que 10 de relleno. Me declaro menottista en todas las esferas de la vida.

¿Podrías citar algunos ejemplos de menottismo musical?
La Perla Irregular es menottismo musical. Beatles, Scott Walker, Spinetta. Y claro... ¡Pet Sounds!
Hay una frase que cito siempre, que es del gran filósofo Ángel Cappa y que la aplicaría a la vida misma: "El fútbol no se trata de la vida y la muerte, sino de algo mucho más importante... jugar". Y jugar, es para mí, jugar a pleno, con toda. Con pasión y creatividad.

¿Y si le estamos ganando la final a Brasil sobre la hora?
Está claro que si estamos ganando 1-0 en la final contra Brasil y faltan 10 minutos, soy el primero en pedirle a Mascherano que le pegue al primer brasilero que encuentre, y a Romero que haga tiempo (risas).

Ah, ¡se te acabó el lirismo! (Risas).
Tal cual. En realidad, lo que haría es pedir que el equipo retenga la pelota, que no la pierdan y jueguen despacio, con el nerviosismo del rival. El Atlético de Madrid perdió la final de la Champions League porque lo dirige un bilardista como Simeone. Obviamente, hay que estar en esos zapatos y ahí, pero en vez de pedirles que jueguen lento para que los del Real fueran al choque, todos nerviosos; mandó los buques de guerra al área, a defender. Igual que Sabella dirigiendo a Estudiantes contra el Barsa en aquella final... Ellos creen que se defienden mejor metiendo gente en el área y revoleando la pelota. La mejor manera es pisándola, reteniendo la pelota para que el rival se cague en angustia y empiece a hacerte faltas (risas). Pero los tipos prenden la alarma y te meten 8 jugadores a revolear la pelota… Y pasa lo de siempre: gol en el último minuto.

Te imagino mirando esa final por TV.
A mí mis amigos, cada vez que vemos un partido, me quieren matar (risas). Siempre termino gritándole a alguno“Sos un antifútbol”; y otro me contesta“Salí de acá, delirante”, cosas así (más risas). La parte en la que hago berrinches cuando juego al futbol te la cuento en persona...

Debés ser insoportable.
Soy lo peor que te puede pasar (risas finales).


[Foto de Pablo en escena, por Melisa Quinteros.]

LMEDA Mundial: Cucuza Castiello, Cantor y Jugador

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Séptima entrega de La Música es del Aire Mundial. Esta vez, nos vestimos de negro y nos ponemos los botines junto a Hernán Cucuza Castiello. Hoy gran cantor de tangos, ayer gran lateral derecho (bueno, ejem... mentimos un poco porque nunca lo vimos jugar, pero si salió de las Inferiores de Argentinos Juniors debió de ser bueno).

Cucuza saca a relucir el anecdotario de su pasado como futbolista, cuando compartió plantel con varios jugadores que luego serían estrellas; encuentra algunos puntos en común entre el fútbol y el tango (en especial, enfocándose en su fervoroso público del Bar El Faro de Villa Urquiza, donde juega de local); y explica por qué, como verán debajo, sale a escena con los timbos puestos.


HERNÁN, EL FUTBOLISTA

¿Hincha de?
De Atlanta, y simpatizo por Argentinos Juniors. Estoy jodido, sí... (Risas).

¿Vas a la cancha o preferís seguir el fútbol por televisión? 
Iba, pero porque jugaba. Digo, jugaba en la Reserva de Argentinos, así que durante algún tiempo vi varios partidos de AAAJ [por si hubiera algún desentendido del tema, la sigla de Asociación Atlética Argentinos Juniors], ya que después de jugar me quedaba, claro. Seguí en una época a Atlanta pero hace tiempo ya no voy a la cancha. Lo miro por TV, sí.

Tu caso es particular por lo que contás: fuiste futbolista. ¿Cómo recordás tu paso por el fútbol? 
Recuerdo mi época de jugador como de las mejores de mi vida sin dudas, pese a no haber podido llegar todo lo que me hubiera gustado. Fui realmente un afortunado ya que jugué en clubes como Parque y Argentinos, que sin dudas son de esos clubes que están en la historia por haber jugado bien al fútbol: lindo y efectivo, las dos cosas eran posibles.

En Argentinos Juniors tuviste varios compañeros que luego fueron cracks, ¿cierto?
Sí, tuve esa suerte. Como decís, varios fueron cracks: Silvio Rudman, Redondo, el Nano Cáceres, el Turco Maradona; y hubo otros que no llegaron tan alto, como Gabriel Marino, Patota Cardozo, Diego Segovia. También fue una suerte haber estado en Argentinos en la etapa más gloriosa del club a nivel títulos. Yo estaba en el plantel cuando fue la época del Checho Batista, el Panza Videla, Pepe Castro, Domenech, Pavoni... Hasta llegué a jugar de entrecasa con el Bichi Borghi, ¡y con El Diego en algún picado!

Imagino que debés tener un anecdotario interesante, entonces. ¿Algunas anécdotas de las que se puedan contar?
¿Anécdotas? ¡Unas cuantas! Hay muchas historias de vestuario: vi cómo lo prendieron fuego (literalmente) a un masajista de Argentinos, el Turco. Pepe Castro, que era bravísimo de verdad, casi lo prende fuego haciéndole una joda. Recuerdo agarrarnos a trompadas con los de River, que eran algo así como el clásico nuestro en Inferiores... Después terminamos siendo amigotes de esos mismos con quienes nos habíamos cagado a trompadas (risas). Boludeces así hay miles: mear a algunos en la ducha cuando se bañaban... (Risas). Con el agua caliente no se daban cuenta de la meada (más risas).
De pibito, cuando viajábamos a jugar a algún lado, era fija que me hacían cantar tangos. En Malvinas, la sede de Argentinos, me hacían cantar horas. A cambio me regalaban panchos y fichas de metegol. También me acuerdo de verlo patear a Francis Cornejo (el descubridor de Maradona), descalzo, una pelota Pintier: la ponía donde quería... Cosas así hay un montón. Fui a la puerta de la casa de Diego en el ’86, a vitorearlo como los tantos y tantos que estaban ahí y terminé adentro de la casa charlando con él...

¿Y encontrás puntos en común entre ambos mundos? ¿Creés que se puede hacer un paralelo entre lo que pasa con tus shows en El Faro y lo que puede suceder en la cancha? ¿O son eventos y pasiones totalmente distintas? 
Encuentro puntos en común entre el tango y el fútbol que tienen que ver con ciertos códigos de convivencia. Cosas que no están escritas pero que se sabe que son así, sí o sí... Desde ya que se conectan en la pasión, en la emoción, y particularmente por mi vivencia de lo que pasa en El Faro, estos puntos se hacen allí más fuertes. Insisto: no lo veo en todos los otros lados como pasa en el bar...

¿Que notás, por ejemplo?
Hay momentos de festejo, determinado tango que cuando uno lo empieza a cantar es recibido con un "¡¡¡Uuuhhh!!!" (Risas). Eso es muy de cancha. De hecho, en El Faro la gente corea tangos increíbles, no tan tan difundidos como Alma en pena, Pucherito de gallina, Fueron tres años... Los cantan como si fueran una hinchada; y a veces veo lagrimas como en un gran triunfo o en una derrota. ¡Me pasa de entrar a cantar al bar y que la gente empiece a corear mi nombre! (Risas). Es un ritual muy futbolero, sin dudas, hay también cierta tensión en el aire algunas veces, en algunos tangos particularmente.


CUCUZA, EL CANTOR EMBOTINADO

Formás parte de una nueva generación de tangueros que por una cuestión etaria también curtió el rock. Si se me permite la comparación, ¿quién creés que es el Maradona de tus contemporáneos? 
Mirá, soy medio bicho raro... Yo empecé a escuchar tango desde que recuerdo y a cantarlo desde los 5, 6 años... Tanguero mal de pibe. Después -a los 9 más o menos, por mi hermano mayor- empecé a escuchar otras músicas: Beatles, Purple, Almendra, Virus, Los Abuelos, Charly. Y bueno, siempre partiendo del tango, tuve la suerte de abrir bocho y orejas, y poder disfrutar de mucha música que me emociona... Para entender mejor esto que digo, tendrían que ver el show que hago, "Menesunda". [Ver afiche al final de la nota].
En cuanto a opinar de otros cantores, colegas, qué sé yo... Puede ser polémico y hay que ser cuidadoso, pero bueno, la verdad que además de cantar soy público de tango y de la música en sí, voy a escuchar mucha música. Así que mi opinión será como oyente, como público de tango pues. El que más me llega es el Chino Laborde: es personal, tiene una musicalidad digna de un músico, me emociona, me hace reír. Para mí es un crack. Después me gustan muchos, veo en otros cosas diferentes que me gustan; pero si me apuran, digo El Chino...

Puede sonar algo tonto, pero... ¿De qué se perdió el fútbol con tu retiro prematuro y qué habría perdido el tango si hubieras seguido ligado al deporte? 
El fútbol se perdió de un buen cantor y el tango de un gran futbolista (risas). No sé... Yo jugaba bien, era bastante completito en marca y proyección. Hoy te diría que, como veo mi puesto (jugaba de lateral derecho, de 4) el fútbol se perdió de un buen jugador. El tango hubiese perdido un nexo, un cantor que siente verdaderamente lo que hace, que no se hace el cantor sino que es cantor. Esto dicho desde la más absoluta sinceridad mas no desde lo pedante, es tan sencillo como que malo o bueno, mejor o peor, soy cantor y jugador de futbol. Siempre lo supe, siempre lo fui. ¿Otra cosa? Ni me gusta ni la sé hacer...

¿Y seguís poniéndote los botines cuando salís al escenario?
¡Sigo usando los timbos, claro! No los uso cuando me invita a cantar otro, por lo general, para no parecer un canchero, no sé, para no querer "sobresalir" de alguna manera. Códigos, como te decía antes (risas). Pero sí, los timbos están y estarán.

¿Creés que habrías vuelto al tango, de todas maneras? 
Sí, definitivamente hubiese seguido cantando. No hubiese podido cantar "profesionalmente" como ahora, claro está, pero así como hoy sigo jugando al fútbol (aún con los ligamentos rotos) también seguiría cantando, claro.

¿Cómo estás viviendo el Mundial? ¿Disfrutás o son más las contras? 
Disfruto los partidos en los que se trata de jugar bien. La publicidad, la falsa emoción, el "patriotismo" entre comillas -de las publicidades y de algunos que comentan y que escriben sobre el Mundial-, me rompe mucho los huevos.

¿Y la Selección qué te pareció?
Estoy sufriendo con la Selección -otra vez- y mucho. En los papeles tenemos un muy buen equipo, todavía no se vio en el Mundial. ¿Tenemos miedo de decir que no se está jugando bien? Quiero ser optimista, quiero que el equipo la rompa. No soy un tirabombas, te juro (risas). Pero que jueguen lindo y efectivo, ¿tan difícil será? ¿Estaré viejo? ¿Habré jugado con gente muy grosa? ¿Habré visto jugar a gente muy grosa? No lo sé... Lo que veo hoy de Argentina me deja con gusto a poco y con temor al futuro cercano.

* Cucuza Castiello continúa presentando su espectáculo Menesunda en el Bar El Faro (Constituyentes 4099, Villa Urquiza), este sábado 28 de junio a las 21.30 horas. Entrada: $60. Invitados especiales: Juan Subirá (Bersuit) y Mariano Fernández Bussy (Me Darás Mil Hijos).


[Foto de Cucuza embotinado, por Darío Caballes.]

LMEDA Mundial: Juan Manuel Strassburger y El Fútbol Pulenta

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Se va la octava y La Música es del Aire Mundial os presenta a Juan Manuel Strassburger. Periodista de profesión (lo pueden leer en el periódico Tiempo Argentino), Juan conduce, junto a Nicolás Lantos, ese gran programa radial denominado La Hora Pulenta. También junto a Lantos cocreó el Festipulenta, a estas alturas el festival dentro de los que cobijan al rock under más ruidoso y corajudo (probablemente, además, el festival del tipo con más ediciones a la fecha). El emprendimiento, sabrán ustedes, no culmina ahí: se completa con los Compipulenta, discos virtuales en los que el dúo recopila canciones de todos los grupos participantes del cónclave.

Pero además de tooodo eso, Juan es hincha de River y antiramonista, defensor de las estéticas recias del rock argentino de los 90, festejante de los Mundiales y la efervescencia popular de las primeras rondas y... ¡buscador de peronistas! De todo hablamos en esta bonita nota. Sigan por aquí abajo:


RIVER, RAMÓN Y LO PULENTA

¿Cómo te llevás con la imagen que tiene River como club? Sos de reivindicar estéticas más sucias, digamos, y en ese sentido se lo suele asociar más a Boca con lo guerrero. ¿Estás de acuerdo con esa diferenciación entre Millonarios y Bosteros, o quedó vieja?
Me llevo bien. No le pido a River que cambie su historia a partir de que soy hincha, je. Por otro lado, le he visto a River apelar a la garra y al corazón muchas veces en estos años. Y con la dignidad posible dentro de este fútbol argentino tan poco fidedigno y de árbitros sospechados en casi todos los partidos, torneos de una sola rueda donde siempre hay un equipo que juega con un fixture mejor y torneos del primer semestre que se ganan por default porque ya hay otros cuatro o cinco equipos dedicados a la Libertadores y juegan con suplentes (lo cual reduce a los competidores de 20 a 15 y genera ventajas desleales como estar peleando por el campeonato y que a tu rival le pongan suplentes reiteradas veces). El fútbol es una cosa turbia a nivel mundial, sí, pero me parece que acá está particularmente viciado de nulidad y eso me saca las ganas de involucrarme más allá de que me sigan emocionando fenómenos como el de Ledesma (que tranquilamente podría haber estado en el plantel del Mundial, creo yo). O que me enganchen programas como El Show del Fútbol (el que conducía Fantino), que para mí acierta en reproducir y hasta darle una vuelta de tuerca a la típica discusión futbolera que cuando se la toma con humor me divierte mucho.

¿Jugás al fútbol o sólo sos espectador? ¿Vas a la cancha?
Jugaba mucho de chico. Era bastante habilidoso y con marca. En cancha de 11 jugaba de lateral derecho y en la de papi en el medio, recuperando y generando juego. Era más bien livianito pero de ir a trabar fuerte, amagar bastante, y no rendirme hasta el último segundo. Entre mis déficits estaban el no cabecear bien ni jugar bien de aire. Y el carecer de pausa. Era más bien dinámico.
Como espectador fui mucho al Monumental durante mi adolescencia a mediados de los '90, cuando estaba terminando el secundario y arrancando con el CBC. Los River de Pasarrella los vi bastante y los del primer Ramón también. La Copa del '96 la seguí en cuerpo y cancha de punta a punta. Gran alegría. Y primera comprobación de que aquel primer Ramón tenía bastante poco respeto por su propio plantel.

¿Después dejaste de ir?
Luego supongo me dediqué a ver más recitales y a ver el fútbol por televisión. Y a veces ni eso. Con enterarme al final cómo había salido me bastaba. Más allá del tiempo que te insume estar al tanto del fútbol creo que influyó mucho el deterioro progresivo del fútbol argentino y mi rechazo bastante fuerte a todo lo que es Grondona y sus manejos, que incluyen inevitablemente a River. El lazo, pese a todo, nunca se rompió. Y más de una vez me encontré viendo un partido con toda la atención puesta en el televisor; ilusionándome con los regresos de Salas, Gallardo u Ortega; o encariñándome con la suerte de jugadores como Ledesma, Ahumada y algún otro.

¿Qué opinás de la renuncia de Ramón Díaz? Parece que mucho no lo querés...
Que hizo la de siempre: renunciar para generar presión desde afuera y volver bajo sus propias y totales condiciones. Lo hizo en el verano del 2000, tras perder en Mar del Plata con los juveniles de Boca y enojarse porque los dirigentes (en este caso Pintado, presidente de River, que luego trató de usar para volver sin éxito) no le compraban todas las estrellas que quería (y sin considerar que muchas veces luego las desestimaba para perjuicio económico del club; caso Fonseca, caso Pizzi, etc). Y lo hizo cada vez que tuvo alguna jugada estratégica por el estilo.

¿Por ejemplo?
Por ejemplo dirigir a San Lorenzo o visitar al Monumental para presionar con las salidas de Almeyda, Astrada o quien fuera. Sí, es un mal tipo Ramón, cosas que ya se sabe bastante. Pero además, también, un técnico con muchos aspectos negativos en su historia deportiva como DT. Nombro sólo uno de ellos porque sino se hace muy largo: ser el DT que más veces perdió con Boca en la historia del club (chequear Wikipedia, "Superclásico del fútbol argentino"). Peor que Passarella, sí. ¿Curioso que nadie se lo remarque, no? Él, que es tan cultor de su fama de ganador, de técnico más ganador de la historia (mote que encima es falso porque le corresponde a José María Minella de La Máquina con 11 títulos ganados), es un perdedor total en materia de superclásicos. Por supuesto que hubo equipos de Ramón que jugaron muy bien (como hubo otros que jugaron muy mal y se los recuerda menos), pero yendo un poco más a los detalles se empieza ver el mérito compartido y hasta reducido de Ramón en muchos de esos equipos buenos. Y, al mismo tiempo, su influencia realmente gravitante en todo lo malo que pasó con el club durante su dirección técnica y después, incluso en el aspecto financiero.

Tenés un tumblr en el que clasificás como Peronistasa personajes de la cultura popular. ¿Qué futbolistas entrarían ahí? Y otra cosa... ¿Ser pulenta es inevitablemente ser peronista, o podría haber jugadores o bandas pulenta no-peronistas? (Risas).
Pienso que podrían entrar Orteguita, el Turco García [nota del editor: Ídolo Total; continuemos], Romario y obviamente Maradona, entre muchos otros. Ser pulenta no significa ser inevitablemente peronista, más allá de que ayude un poquito, je. Considero que cualquiera puede ser pulenta porque serlo es una actitud en la vida que no exige embanderamientos específicos o premisas ideológicas. Lo sos (o lo querés ser) y listo.

¿Comulgás con algún lineamiento estético del fútbol o no tenés preferencias en ese sentido? Los evidentes son el bilardismo y el menottismo. Quizá el último que marcó sus pautas bien claras fue Bielsa.
No comulgo con el bilardismo ni con el menottismo. Ambos me producen bastante rechazo. En general, me parece que el fútbol (siendo de desarrollo tan incierto y arbitrario) no da mucho lugar para dogmas: a la larga se revelan ineficientes o contraproducentes. (En ese sentido, el partido en el que el Independiente de Menotti le ganó jugando mal al Boca de Bilardo 1 a 0 en el '96, en un partido feo y mezquino de ambos lados, debe haber sido una de las grandes bromas que nos dio el fútbol). Después, a nivel juego, me gustan los técnicos que saben aprovechar lo que tienen y hacer jugar bien en la medida de sus posibilidades, entendiendo por jugar bien no necesariamente jugar lindo (aunque la belleza suele ser una consecuencia final, no causa primera, de jugar bien) sino armoniosamente con lo que se tiene. No todos los DTs logran esto todo el tiempo, entonces es difícil que ahora te nombre DTs puntuales a los que adhiera 100%, pero sí te puedo decir que me gustan los realistas y bien intencionados. Los que se valen de la táctica pero no se obsesionan ni reducen todo a ella. Y los que saben conducir con inteligencia pero también con sentido humano un plantel. En ese sentido, me generan simpatía los que les dan oportunidad a las inferiores y los que tienen en la cabeza todo el plantel, no sólo a los 11 que entran a la cancha.


DE ARGENTINA '86 A LOS SHOWS DE ESTADIO

¿Qué te despiertan los mundiales? ¿Tratás de mirar la mayor cantidad de partidos posible?
Los mundiales me despiertan bastante alegría. Me gusta especialmente la primera fase, donde casi todo el mundo está involucrado y uno se descubre preguntando en el subte cómo va Japón-Costa de Marfil y emocionándose por un gol de Jamaica o Trinidad y Tobago (risas). Por otro lado, y al revés de los futboleros de paladar negro, me produce mucha simpatía que muchísima gente no habitué del fútbol se sume con pasión en mes y pico de furia mundialista. Me da una sensación de mundo compartido y de planeta que se detiene por algo mucho menos urgente que lo verdaderamente importante. Una vez, en ocasión del mundial de Alemania 06, escribí en mi blog algo que tiene que ver con eso. Lo comparto si me permitís, acá.

¿Cuál es el mejor equipo que viste?
Uno de los mejores que vi sin duda fue la Argentina de México '86. También algunos pasajes de la Argentina de Bielsa durante las Eliminatorias (aunque ya ahí se podían ver sus puntos débiles concentrados en Verón y Simeone, que luego se haría más evidentes en el Mundial). También el primer River de Gallego. O el primer Boca de Bianchi. El Independiente de Brindisi en el '94 era muy bueno también. Y el San Pablo de Telé Santana durante los '90 me daba la sensación de que era imbatible. Respecto a los River de Ramón, era cierto que durante varios momentos tenía un juego muy fluido pero sus sistemáticas derrotas contra Boca (entre el 95 y el 2000 Ramón, aunque el periodismo deportivo no suela recordarlo, sólo le ganó oficialmente a Boca una vez) y sus continuas derrotas duras en la Libertadores (salvo la primera que jugó donde fue prácticamente co-dirigido por sus jugadores, entre ellos Francescoli y Astrada) me hacen que baje muchos puntos en mi escala.

¿Qué momento futbolístico recordás como una marca importante en tu vida?
A nivel positivo tengo muy presente el mencionado de México 86, porque pese a tener sólo 8 años me hizo engancharme con el fútbol y hasta ser reconocido por mis pares en el colegio como "campeón mundial", ya que por trabajo de mi padre, que era diplomático de carrera, me encontraba viviendo en Tegucigalpa, Honduras. Ese Mundial lo disfruté mucho. También varios River campeones de los 90.

Para finalizar: ¿que opinás de los shows de rock en grandes estadios y su supuesta relación con el fútbol? Siempre reivindicás al rock argentino de los '90, sea el alternativo de los lugares pequeños como el que llegó a las canchas de fútbol.
Si pensamos que los Beatles, en sus giras por EE.UU., ya hacían giras por estadios, nos damos cuenta que tocar en lugares multitudinarios viene de bastante lejos y tuvo su origen en un tema de capacidad y practicidad, y no en una corriente estética. Es cierto que luego, en los setenta y ochenta, se desarrolló "el Arena Rock", como un formato que aportaba cierto sonido y estética resultante de ese tipo de shows. Ahí entrarían los Who más hard-rock pero también U2, Rolling Stones, Bon Jovi, Depeche Mode y un larguísimo etcétera que abarcó y abarca a bandas todas muy distintas entre sí pero unidas bajo ese fin aglutinador. En cualquier caso, sin embargo, y volviendo al enunciado del principio, me sigue pareciendo que esa masividad es consecuencia más de una "fatalidad" (la muchísima gente que eligió ir a verte) que de una búsqueda a priori, un objetivo en sí. Y nuestro rock barrial es un buen ejemplo: ni Los Piojos ni La Renga se planteaban llenar estadios cuando empezaron, simplemente les sucedió; no por nada adquirieron el mote de barriales, ¿no? Sino tal vez hubieran recibido el nombre de mundiales o estaduales. Dicho lo anterior, y sabiendo como sabés que me encanta ir a lugares chicos y disfrutar de bandas under, creo que también podés encontrarte y toparte con una belleza especial en esos eventos masivos en los que te hacés uno con todos los demás. Cuando son importantes y valen (ejemplos sobran pero a nivel local podemos nombrar varios de los Stones en River, la despedida de Los Piojos, Amnesty '88, cualquiera de los Pearl Jam, el Fito Páez del Bicentenario, la segunda despedida de Soda Stereo, etcétera), esos shows en estadios de fútbol o en espacios públicos masivos tienen el poder de disolver tu singularidad (ese ego que nos anima y nos permite ser, pero también apresa y envilece) en un cuerpo social mucho más trascendente. Un momento en donde te sentís generoso y comprendido. No todos los eventos masivos y multitudinarios son así, pero cuando lo son, te marcan y valen por todos los demás, creo yo.

LMEDA Mundial: Maxi Diomedi, de Fútbol y de Básquet

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La Música es del Aire Mundial presenta su capítulo 9. Esta vez, quien despeja nuestras dudas futboleras es Maxi Diomedi, voz en el éter de FM La Tribu con su inmenso programa Patologías Culturales, por el que han pasado infinidad de músicos, poetas y artistas varios a lo largo de diez años (recién cumplidos). Maxi también co-conduce La Otra Radio.- junto a Oscar Cuervo y, además, este año publicó su primer libro de poesía titulado Fortaleza. Espera hacer lo propio con un disco de canciones.

Más allá de ese currículum, el hombre es un riverplatense informado pero moderado que, por procedencia (es de Bahía Blanca), se ocupa con mayor entusiasmo del básquet. Sin embargo, no deja de seguir el deporte más popular de la Tierra, ya sea acompañando a su hermano a ver a Racing o discutiendo el valor (sí, como Juan Manuel Strassburger) del multicampeón Ramón Díaz.
Ahí vamos:


RIVER, RACING Y RAMÓN

¿Hincha de?
Soy de River.

¿Viene por una cuestión filial, territorial, o por qué razón?
Digamos que me hice hincha de River porque cuando era chico, en la década de los 80, estaba en la cresta de la ola un jugador uruguayo que se llama Alzamendi y que metía muchos goles. A su vez mi tío Edgardo vivía en Buenos Aires, era muy fana e iba a la cancha seguido. Cuando en el '96 River jugó la final de la Libertadores, él me invitó a venir a Buenos Aires y me llevó a la cancha. Inolvidable. Esa fue mi primera vez en el Monumental. Pavada de debut.

¿Sos de ir a la cancha, o un hincha más televisivo?
No mucho, fui bastante cuando recién me vine a vivir a Capital. Iba tanto de local como de visitante, épocas en que no era necesario ser socio para levantarse el domingo a la mañana, tomar la decisión al mediodía, llegar a la cancha, comprar la entrada y ver el partido. Desde hace mucho soy un hincha televisivo (si bien cuando voy Pigüé a pasar las fiestas con la familia de Sofi [su novia], mi cuñado me lleva a las finales del torneo zonal, que son otra cosa: reposera y mate). Pero este año volví a ir a una cancha grande para ver a... Racing.

¿Cómo es eso?
Mi hermano es fanático/enfermo y me quiere hacer hincha de Racing, El sí tiene un lazo filial: es hincha por mi viejo y mi viejo por mi abuelo. O sea que la Acadé es mi segundo equipo y hasta te diría que estoy más pendiente de Racing que de River. No creo que sea conveniente que mi hermano lea esto porque va a pensar que logró hacerme hincha (risas). Este último campeonato conocí el Cilindro y me encantó, los dos o tres partidos que fui no perdió (o sea que funcioné como cábala en un campeonato muy malo para el club). En la cancha canto las canciones y grito los goles pero no me pongo la camiseta. Él siempre lleva una de más (risas).

Todavía no llegás a tanto, es peligroso...
Cuanto mucho la uso de bufanda pero no le quiero dar el gusto de que tenga la foto con la camiseta puesta. El partido post Colón, me mandó un sms que decía (textual): "Que no se diga pero hoy se te escapó un LE ganamos a Colón. Ya estás un 50/50. Lo sabés, jaja"(Muchas risas).

Volviendo a River: ¿cómo analizás la transición de la B a hoy, campeón y con un DT que renuncia?
El descenso de River fue doloroso. Yo trabajaba en un bar en San Telmo y ese domingo me encontró trabajando sin televisión, escuchando el descenso por radio... y se me cayeron unas lágrimas. Y hubo un hecho que me llevó a querer que vuelva lo antes posible: Almeyda. A mí me pasa eso, muchas veces quiero que gane un equipo porque una persona me cae bien y con River en la B yo era hincha de Almeyda. Nunca me voy a olvidar de Almeyda yéndose expulsado de la cancha de Boca, besándose la camiseta y sacándose de encima a los policías que querían cubrirlo con sus escudos de las escupidas. Y la transición empezó con su conversión de jugador a técnico en 24 horas. Un espasmo. Trató de jugar bien, de ir para adelante, algunas veces lo logró y muchas otras no, pero ascendimos. Cuando asumió Ramón -que nunca me cayó del todo bien por menemista- me desapasioné porque le serruchó el piso. A los tipos así no me gusta que les vaya bien pero por otro lado no quería que pierda River. Así que imaginate. Y después apareció una comisión directiva que no lo quiso nunca a Ramón y yo creo que es porque lo miran por encima del hombro, un gesto de clase. Como Ramón es "ramonista", se fue. Ganó y se fue. Y eso no me cayó tan mal (risas). Esta nueva comisión directiva está demasiado fogoneada porque la mayoría proviene del macrismo y desde el periodismo deportivo (que es macrista) se está relatando todo como un cuento de hadas.


DE MANU AL MONO, UN SOLO PASO

¿Te gustan los mundiales o los ves con menos interés?
Me gustan. De chico los devoraba. En lo que va de Brasil 2014 vi apenas seis o siete partidos completos: El debut de Brasil, Suiza-Ecuador, los de Argentina, Inglaterra-Uruguay y algún otro más. Por supuesto que vi todos lo resúmenes del resto de los partidos pero hace algunos años que me cuesta ver partidos enteros.

¿Encontrás relación entre el fútbol y la poesía? ¿Hay poetas en el fútbol? ¿Y antipoetas?
¿Dentro de la cancha? No lo sé. Maradona era un artista, poeta seguramente. Riquelme y Ortega también. Son fuera de serie, no hay modelo que los contenga. Hablo de los que vi. De los anti: Gerlo (risas).

Siendo de Bahía Blanca, ¿el básquet te tira más que el fútbol o están parejos?
Están parejos pero definitivamente me gusta más el básquet.

¿Ginóbili es comparable a algún futbolista, o es único?
Mmmm, no hay un futbolista que reúna todas las características de Manu. Si me permitís me voy a extender un poco acá.

Dale tranquilo, te escucho.
Manu tiene todo lo que uno encuentra en un deportista de elite: talento, destellos de genialidad, personalidad, liderazgo y rebeldía. El básquet es un juego donde el técnico puede tener en carpeta 50 jugadas distintas para aplicar de acuerdo a las circunstancias del partido; Ginóbili, que es de acatar ese tipo de decisiones, por personalidad y características puede salirse de lo planeado y eso suele tener sus costos. Incluso los tuvo en sus primeros años en San Antonio. En ese sentido me hace acordar al Ortega de gambetas indescifrables y tendencia a salirse del libreto (incluso en épocas de Bielsa en la Selección). Pero hay algo que él tiene y otros grandes no. Ni Riquelme ni Maradona ni Messi.

¿Y qué es eso que él tiene y otros no?
Ginóbilli es medio despatarrado y muchas veces cuando penetra lo hace de una manera tan destartalada que nos hace mirar para el costadito, con un poco de vergüencita, como diciendo: "¡Ay Dios!" (Risas). Manu está todo el tiempo caminando por esa cornisa, debatiéndose entre caer del lado de la gloria o del ridículo. Pero como es un juego (millonario, es cierto, como millonario se volvió Manu jugando) no le importa hacer el ridículo y prueba una y otra vez hasta dónde se puede llegar jugando. Esa manera de pensar el deporte lo convirtió en el alma del equipo, de la Selección, y en el jugador más talentoso e importante que haya dado la historia del básquet de Sudamérica. Un idealista deportivo que además tiene estampa de antihéroe. Un genio. Un fuera de serie. Ninguno de los otros que nombré -que son genios- bordean el ridículo cuando asumen riesgos. Manu sí. Y por eso es único.

¿A qué futbolista te gustaría tener mano a mano en una entrevista?
A tres (ex) futbolistas: Maradona, Almeyda y Germán Adrián Ramón Burgos.

¡ElMono Burgos! Qué personaje.
ElMono Burgos es el arquero más arriesgado que vi en mis 33 años. Sé que tenía un estilo deudor de Gatti y cuando digo arriesgado quizás lo piense en el mismo sentido en que te hablaba de Ginóbili. De hecho recuerdo varias ocasiones en las que el Mono hizo el ridículo. Y aún así siempre me pareció un arquerazo. Hacía del puesto una filosofía de vida. Es más, mirá lo que te voy a decir: si en vez de Cavallero, Bielsa ponía a Burgos en el Mundial de 2002, ese gol de tiro libre Suecia no lo metía. Ahí arrugó Bielsa. Y me gustaría entrevistarlo porque sé que tiene una historia interesante y porque me gustaría hablar de rock con él, cosas que en general no están dentro de los intereses del futbolista. Por lo menos así lo veo yo. Sic sic (risas finales).

LMEDA Mundial: Marcelo Iconomidis y la Tragicomedia Racinguista

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La Música es del Aire Mundial continúa su Viaje Hacia la Nada del 14 de Julio (claro, amigos, el día después). En esta ocasión, compagina sus anécdotas racinguistas Marcelo el Griego Iconomidis. También conocido por su seudónimo televisivo-videógrafo-capusotteano Los Iconos de Midisel Griego es el musicalizador de Peter Capusotto y sus Videos y se define a sí mismo como investigador autodidacta: todo lo que suena en el programa pertenece a su inmenso archivo fílmico, que crece día a día por los videos que él mismo realiza de grupos emergentes.

Entre la resignación y el humor, Marcelo nos cuenta cómo lleva el karma de ser hincha de Racing. Anécdotas de cancha con Diego Capusotto, buenos recuerdos -y de los otros-, y una colección de revistas tirada a la basura por culpa de un arquero que aún hoy es amado por sus andanzas en la Selección... aunque en Racing, ¿adivinen?, no le fue tan bien.


RACING (Y 40 AÑOS DE PARTO)

¿Hincha de?
De Racing, aunque desde el año '73 no le encuentro mucha explicación (risas).

¿Cómo hace para mantener el interés y el fanatismo un hincha de Racing que vivió con consciencia la realidad del club de los ’70 para acá?
Ser hincha de Racing es una identidad personal con la cual voy a morir y me hago cargo. Hace algunos años el tema del fanatismo se fue diluyendo (mal que por suerte no heredó mi hijo, es de Racing pero no tiene ese fanatismo ciego y obtuso) por dos cuestiones: la degradación institucional del club (que derivó en las contrahazañas más desopilantes y horrendas que haya tenido un equipo grande en el universo) y en lo personal algunas ausencias que me alejaron de la cancha.

¿Qué podrías rescatar de todos estos años?
Prácticamente, en los últimos 40 años hay muy poco para rescatar futbolísticamente: el equipo de Basile del '88 [primer ganador de la Supercopa] y el campeonato del 2001, igualmente incomparable en el plano futbolístico respecto a las huestes de Rubén Paz y sus amigos.

¿Disfrutaste el descenso de Independiente? ¿Fue una especie de venganza?
Si, lo disfruté y mucho por los años de tragedia propia. Pero a su vez a la semana me siguió importando mucho más la realidad futbolística de Racing que la excursión con boleto de regreso comprado de antemano de los primos. Algún día van a tener que hacer autocrítica y dejar de vivir del pasado ya que hace 20 años que son un cachivache con un título (2002) y un ascenso comprados.

¿Y el ya célebre Racing-Quilmes qué te pareció?
No lo vi sabiendo lo que iba a suceder. Sentimiento ambiguo, digamos...

Capusotto, Saborido y vos son de Racing. ¿En cuánto puede llegar a tener que ver la coincidencia -si es que lo es, quizá se conozcan gracias a Racing- a la hora de armar el  programa? ¿Creés que hay cierto espíritu racinguista en los personajes? 
Con Diego sí tuve un acercamiento cuando nos conocimos por Racing y algunas otras cuestiones pero con Pedro no. Calculo que el espíritu racinguista de algunos personajes está relacionado con la infancia y la primera adolescencia, que coincide por una cuestión de edad en los tres.

¿Sos un hincha talibán o a esta altura de la vida y de Racing estás más moderado?
Dejé de ser talibán hacia afuera. La procesión va por dentro, donde en la moderación también hay algo de resignación ante lo inevitable (risas).

Así como tenés un gran archivo de videos de música, ¿tenés cosas de fútbol, rarezas? ¿O lo tuyo con las filmaciones sólo va por el lado del rock?
No, nada. Solamente tenía una cantidad importante de revistas Racing de la década del setenta. Una parte fue a parar como obsequio a manos de mi ahijada, a la cual hice fanática de Racing. Y la otra parte fue a parar a un volquete la mañana que perdimos 6 a 1 en la Boca con el mamarracho de Goycochea en el arco (risas).

¿Qué anécdota de cancha que hayan vivido es digna del programa?
Seguramente debe haber, no recuerdo tanto ahora. En la cancha de Banfield, una vez -llegando tarde- dejamos el auto estacionado a varias cuadras para poder estar tranquilos a la salida. Y al finalizar el partido estaba toda la barra de Banfield sobre el capot del auto con todo el cotillón, bombos y banderas (risas). El tema fue que estaba con Diego y ya era bastante conocido y reconocible. Horas mirando desde la esquina esperando que se vayan... (Más risas).

Yendo al Mundial, ¿te despierta el mismo interés que Racing o ni cerca?
En absoluto.

¿Estás más preocupado por los jugadores que pueda incorporar Racing que por el Mundial?
Milito: 35 años, dos rodillas operadas (risas). Si tuviera tres, también estarían operadas (más risas). Grimi ya estuvo, el resto son ignotos. Racing con Cocca. ¡Final! (Risas).

Ya es resignación pura lo tuyo.
Dame un dato objetivo para que deje de serlo.

Sos de Racing: ¡no queda otra que siempre creer que va a ir mejor! (Risas).
Ja ja... La utopía y el aguante son para la revolución. Ya le demostramos a todo el fútbol argentino que el aguante lo inventamos nosotros hace muchos años. Hoy todos los giles nos imitan. ¡Yo quiero ir a la platea y tomar Jack Daniels mientras Racing les gana a todos! (Risas). Por lo menos quiero 5 años así.


[Foto del Griego por Matías Corral.]

LMEDA Mundial: hoy, Flopa Lestani

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La Música es del Aire Mundial celebra que Argentina juegue los siete partidos de una Copa del Mundo después de 24 años. Nuestra manera de festejarlo es moderada pero efectiva: con la noble palabra de Florencia Lestani, o sea, Flopa.

A esta altura un clásico dentro del cancionero underground porteño y nacional, Flopa se hizo un hueco entre las presentaciones-retorno del trío que conforma con Manza Esaín y Ariel Minimal -vayan a verlos, es una orden- para responder con sabiduría acerca del fanatismo, el machismo y demás ismos del fútbol. Además, Flopa se confiesa buena jugadora y admiradora de la destreza de algunos futbolistas. Y nos cuenta de cuando fue hincha de Ferro durante un año... Pero no cuento más. Lean:


CUERVA VERDE

Recuerdo que sos de San Lorenzo, pero ¿cuán fanática? ¿Vas a la cancha, mirás los partidos, o es algo más esporádico?
Conozco las canchas de fútbol por ir a recitales. Tuve épocas de estar más pendiente, saber cómo venía en los campeonatos, el Bambino, Gorosito y eso... ¡Y por los nombres que te tiro podrás deducir más o menos hace cuánto! (Risas). Por ahí caigo engripada y me fumo unas fechas del Fútbol Para Todos, y ahi me pongo al día de un par de jugadores que me gustan. Está claro que no lo llevo tatuado en el corazón, no es pasión lo que siento, no me causa ni gracia que la cancha la quieran mudar a 15 cuadras de mi casa, y Tineyi y el Pope para mí son mala prensa, aunque digan que "la mala prensa no existe". Por suerte también tenemos a Fabián Casas y a Viggo Mortensen. Aún así, mi pensamiento siempre está dirigido positivamente y con el mayor de los cariños hacia el CASLA, porque sí, lo acepté como una herencia familiar.
Una vez, fui de Ferro por un año, como regalo de cumpleaños a un amigo.

¡Explicame eso, por favor!
El chiste de siempre es que Ferro eran 4 hinchas, él estaba bajoneando la B como era costumbre y yo le dije 'este año vamos a ser 5'. Así que, en esa época me preguntabas ¿de qué cuadro sos? y sin titubear contestaba de Ferro. No era de veleta, era una ofrenda inmaterial por tiempo limitado a un amigo, expiró cumplido un año (risas). O sea, un bolazo total, el único partido de fútbol que vi en una cancha fue en cancha de All Boys en el ochentialgo, una beneficencia donde jugaban los veteranos de All Boys versus Selección de Galanes, ¡con Ricardo Darín, Gustavo Bermúdez y Víctor Laplace! (Risas).

¿Te jode el machismo del fútbol o creés que de a poco va cambiando? Pareciera que se sigue desautorizando la opinión de la mujer.
En general, al hombre le pasa algo con el fútbol que tiene que ver con la identificación, y es muy fuerte. El futbolista es el modelo masculino por excelencia. En los niños se ve claramente, encabezan los superhéroes y siguen los futbolistas. La mayoría de los varones se criaron con una pelota en los pies y proyectándose en sus ídolos del momento, mientras a la nenas les habilitan muñecas, cosméticos y electrodomésticos en miniatura, entonces ¡¿qué querés?! Existe una programación para todo eso, de la cuál es difícil escapar. Así se mira raro también a los varones que no se interesan por el fútbol, y te aseguro que entre los músicos se cuentan en cantidad. Hay de todo, hay tipos que creen que las mujeres no podemos comprender el fútbol porque nunca lo jugamos. Bueno, es relativo, yo entiendo el reglamento del fútbol perfectamente, y la línea de 4 y el doble 5, y hasta que la pelota no doble... Lo que no puedo entender es que se digan barbaridades mientras se tironean en un corner, hiriendo al macho dentro del atleta, con "sasasa...anoche con tu jermu", y eventualmente, varios tiros de esquina después se trompeen en la cancha; o que fajen a un árbitro. El fútbol es un deporte hermoso en el que se han naturalizado cosas horrendas, casi todas, actitudes típicas de macho traducidas en violencia verbal o física. De las hinchadas, ni hablar.

¿Y en los medios cómo ves eso?
En los medios es difícil, muy chabacano todo. Si aparece una tipa que habla más o menos de fútbol están todos más pendientes de sus tetas que otra cosa. Y bue... eso en el mejor de los casos. Por lo general ponen tipas con buenas piernas, probablemente locutoras y que de fútbol, nada. También es entendible que en la carrera periodística se te complique empezar de abajo como notera y hacer campo y vestuarios, hasta llegar a comentar, ponele. Igual, ¡no sé para qué querríamos UNA Toti Pasman! (¡Qué loco que les quepa el mismo nombre!).  No sé, yo tampoco miro mucha tele ni leo el Olé, por ahí ya existen y comentan hockey.


LOS MUNDIALES, FLOPA JUGADORA Y MORRISSEY

¿Qué te genera el Mundial? ¿Te interesa más allá de los partidos de Argentina? ¿O son más las cosas que molestan que las que atraen?

El Mundial me llama la atención, siempre. Veo todos los partidos que puedo, me gusta ver jugar fútbol, me da ansiedad cuando juega Argentina, me amargo un rato si pierden, grito los goles y puteo a buen volumen. Esta vez me da intriga, no conozco al plantel de Estudiantes, así que no conozco a media Selección ni de nombre... (Risas). Tampoco los googleé. (Más risas).
Y también me genera contradicciones, sí, como el funcionamiento del mundo todo, pero eso no me impide disfrutarlo. Entiendo que es un gran circo, un negoción y sirve como distracción de las masas y otros bizcochitos... Lo hacemos todo el tiempo con todo, no le echemos la culpa de todos los males ahora al Mundial de fútbol, tampoco. No deja de ser un reflejo de la sociedad en que vivimos. La diferencia entre la FIFA y la ONU es que Estados Unidos le sigue llamando soccer al fútbol, sino, ya se lo habría cargado también.

¿Todo el furor latinoamericano qué te pareció?
Me encanta la idea de la unidad latinoamericana y creo que en las escuelas se debería enseñar portugués, pero no quiero que Brasil gane en Brasil. Y, obviamente, quiero que Argentina salga campeón, muy a pesar de tener que bancarnos luego toda la fiebre exitista de la protopatria futbolera. Nosotros seremos indignos, pero Messi se lo merece.

¿Jugaste alguna vez o nunca te interesó?
Sí, siempre me gustó. De chica, en la primaria jugaba TODOS los recreos. Tuve pelotas de cuero que han llegado para reyes. Y era buena. Ahora de grande me invitan a jugar, y me gustaría, pero paso, soy flaquita, me da miedo romperme. Prefiero partirme una guitarra en la cabeza a lastimarme una mano atajando o que me den un patadón en la canilla. Igual, si me das una pelota un rato te puedo hacer una cantidad importante de jueguitos...

Sos fan de Morrissey. ¿Hay alguna figura que para vos sea equiparable a él en el mundo del fútbol?
No, ni ahí. El fútbol me emociona por un instante, no me dura en el cuerpo. La música, en cambio, me atraviesa la vida, años de alquilarle la cabeza... es vitalicia.. El fútbol paga como invitado en mi club y no tiene acceso al natatorio (risas).
Supongo que habría un cierto paralelo con Gabriel Omar Batistuta, ¡por goleador y 'dandy'! (Risas).

¿Te interesa el afán competitivo del fútbol o vas más por el costado romántico?
Hay veces que los jugadores me parecen casi como gladiadores. Tipos que hacen cosas que parecen imposibles: eso me deslumbra, me parece bello, disfruto de apreciar esa destreza superadora del deporte vuelto arte por un momento. Lloro, sin vergüenza.
El resto del tiempo, digamos... en este mundo que gira, se trata de los espectaculares negocios del negocio del espectáculo deportivo, en las grandes ligas, y la lucha por la subsistencia de clubes que nunca tendrán el equipo necesario para hacer una buena campaña, no si venden a los jugadores que juegan porque no les pueden pagar, para pagarle a los jugadores que sí pueden pagar, pero que no juegan. Como la vida misma, la magia, sólo son momentos.

*Flopa Manza Minimal sigue presentándose todos los miércoles de julio (9, 16, 23 y 30) en Ultra (San Martín 678, Capital Federal). "Carreteando canciones hacia un nuevo disco y revisitando los temas clásicos del trío". Entradas anticipadas a $100 en Anthology Discos (Galería Bond Street, Av. Santa Fe 1670, Local 7) y en Oíd Mortales (Av. Corrientes 1145, Local 17).


[Foto de Flopa por Victoria Schwindt; foto de Cómo se ve un amistoso en casa, gentileza de la propia Flopa.]

LMEDA Mundial: hoy, Julia González

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Se acerca el fin del juego y ya tenemos al primer finalista de Brasil 2014: el sanguinario, prepotente y perfecto equipo de Alemania. Cruzamos los dedos para que el otro equipo sea Argentina, por supuesto (y que nos vaya mejor que a los brasucas). Mientras tanto, Julia González se encarga de contarnos su vida futbolera en La Música es del Aire Mundial

Periodista y poeta, acostumbramos leer a Julia en Página/12 y además, la dama hace lo suyo en radio (conduce Rock & Text en La Rocker), dicta un Taller de literatura y rock en el C.C. Matienzo y da clases de periodismo gráfico en el ISEC. En 2010 publicó su primer libro de poemas, Full of love.

Entre todos esos trabajos, oficios y pasiones, Julia se hizo un tiempo para contarnos que es de River pero cree que el descenso le hizo bien al club, que lo que más le gusta del fútbol son las reuniones familiares para ver los partidos y que, aunque no le gustan mucho los mundiales, terminó enganchándose con éste:


FÚTBOL, PASIÓN Y POESÍA

¿Hincha de?
Soy de River.

¿Por herencia o por elección? No suele haber mucho de elección en esto…
Soy de River por herencia. Mi padre nos puso camisetitas con la franja roja y nos enseñó canciones que hoy no recuerdo. Dijo que los rivales eran los bosteros y cuando me enteré que bosteros venía de la bosta no me gustó, aunque sea un chascarrillo cultural. No me dan gracia muchas cosas culturales que se transmiten de generación en generación.

¿Cuán futbolera sos? ¿Vas a la cancha, seguís a River por TV o te enterás cómo salió y punto?
No voy a la cancha porque no soy socia ni me interesa serlo, pero veo los partidos los domingos. Es un ritual que me gusta; nos quedamos en casa con Martín, mi marido. Yo miro y aprendo. A veces mientras miro el partido hago otra cosa, como escribir o trabajar.

¿Cómo viviste el descenso?
El descenso de River lo viví con mucha pena porque veía personas, hinchas, que realmente sufrían, más allá del manejo interno y la corrupción del club. Pero creo que fue justo, no me importó el descenso. No me importa el orgullo. River no daba pie con bola y todos los juegos tienen sus reglamentos. El que pierde sistemáticamente, desciende, se va a la B. Por más que los hinchas no entiendan mi postura, estamos dentro de un sistema con reglas, y todos los días las seguimos. Un juego, un deporte, es como vivir. Si jugás mal, te va a ir mal.

¿Creés que le hizo bien a River como institución tocar fondo?
Creo que a River le hizo bien descender y ser el blanco de las burlas. La soberbia es una actitud que se paga caro. Aprender de los errores es la mejor enseñanza. Y ésta parece una frase de Osho pero no me importa: las crisis o las desilusiones sirven para crecer. Y River este año creció. Por más que los fanáticos insistan en decir Riber. Chascarrillo cultural.

¿Te interesan los mundiales?
No me interesan los mundiales. Nunca les presté atención ni miré los partidos. No me importan. Me dio rabia lo que hicieron en Brasil para que el torneo se llevara a cabo, hicieron cosas incongruentes. Pero me pregunto si acaso yo esperaba otra cosa. Pecaría de naif al creer que se iba a proceder de otra manera, si la raza humana y su zanahoria llamada capitalismo es lo que importa. El cambio está en cada uno. No pretendo nada santo ni nada humano de las autoridades mundiales del deporte que más recauda.

¿Comprendés tanto fanatismo o te molesta el fútbol las 24 horas todos los días? ¿Cómo te llevás con todo lo que genera un evento de estas características (invasión publicitaria, “patriotismo” entre comillas, etc.)?
No le doy bola a las publicidades ni al fanatismo. Sé que éste es un país futbolero y entiendo el monstruo que se genera. Todo el país se jacta de Maradona, ahora de Messi y hablan (hablamos) de los partidos como si los estuvieran jugando ellos. “Hoy ganamos”,“¿a qué hora jugamos?”. Me gustaría que todo el país se jactara de otras cosas que incumben realmente en nuestro día a día. Pero el Mundial es cultural, ni siquiera los fanáticos son responsables de esta creencia. Tenemos el chip incorporado. Es una utopía pensar en la verdadera unión más allá de un deporte. Somos un país y compartimos una historia. Pienso que el Mundial es una quimera, una fantasía. En este Mundial empecé viendo los partidos de la Selección con mi familia. Y cada vez que mi familia coincide en una casa, es una fiesta.

Bueno, algo te enganchaste esta vez...
Hace una semana empecé a dejar en mute los partidos de las otras selecciones. Me enganché. Ahora mismo estoy viendo el 7-1 de Alemania a Brasil con mi hermana, mi cuñado y mi madre. Es triste este resultado exagerado. Pero creo que me enganché por los resultados de la Selección Argentina. Ojalá les vaya bien.

Das clases en el Isec dentro de la carrera de Periodismo Deportivo. Sé sincera: ¿hay esperanzas de ver algo renovador o distinto a lo que hoy se ve en líneas generales dentro de ese periodismo?
Doy clases de Periodismo gráfico a alumnos de Periodismo Deportivo y aprendo de ellos en las clases. Pero no suelo verlos o escucharlos en la tele. El periodismo se volvió cosa de una cháchara barata tremenda. Veo que los periodistas deportivos hacen una sentencia de cada opinión. Y a la semana siguiente tienen que comerse sus palabras porque cuando hablan no percibo una reflexión.

¿Encontrás poesía en el fútbol?
Puedo ver poesía en el fútbol y es la que se relaciona a los afectos, como cuando Martín me cuenta que tal partido fue a verlo con el padre y el abuelo al Monumental. O el cuadro que tiene mi viejo colgado en su casa con un equipo de chicos cruzados de brazos alrededor de una pelota. En esa foto la cara de mi padre es igual a la mía. O como cuando mi hermano se trajo de la despedida del Enzo un pedazo de bandera de no sé qué, que funcionaba como cortina de su cuarto adolescente. O también como cuando un superclásico nos reúne algún domingo a los de River y a los de Boca en la misma mesa. Mate y cosas que se dicen, no importan nada los colores. Para mí la poesía es ver la belleza en la cotidianeidad. Y el fútbol es algo de todos los días.

¿En el juego en sí, no ves esa belleza?
Me gusta la danza, el ballet en el juego, los pases largos y la destreza de los jugadores que van a buscar el gol así sea lo último en sus vidas. No me gustan los rebotes, la especulación ni el juego sucio. Entiendo que gana el que más goles hace pero prefiero que eso suceda con buen fútbol. Los jugadores sólo se dedican a eso y ganan fortunas por hacerlo, supongo que no es mucho pedir esto del "ballet". ¡Al menos dénme algo bueno! (Risas). Por eso me gusta Messi. Y también dicen que por esto soy de River...

¿Y la literatura sobre fútbol, te interesa?
Lo último que leí relativo a esto, es Messi es un perro, de Hernán Casciari. Y fue cuando pude entender algunas cosas de la pasión y de esto que se dice que Messi es de otro planeta. Juan José Campanella lo dice también en El secreto de sus ojos: la pasión. Es un sentimiento, no puedo parar. Los sentimientos no se explican. Me duele la violencia en las canchas pero eso también es reflejo de este día a día desigual que duele todavía más.

LMEDA Mundial: Martín Farina, un Fulboy

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Continuamos con La Música es del Aire Mundial... Exultantes, eufóricos, contentos de haber llegado al último día con la Selección Argentina ahí, en partido. Gracias de verdad, muchachos. (Además, mantuvieron esta sección viva hasta el último segundo: por eso también, ¡gracias!).


La nota que les presento es especial, porque el protagonista está muy metido en el mundo del fútbol. Martín Farina es director de cine y músico. Lo conocí en el programaLa Otra.-Radio (como a Oscar Cuervo y Maxi Diomedi), al cual fui invitado muchas veces a lo largo de este año. Los últimos encuentros fueron para hablar exclusivamente de fútbol y Martín en esto tiene historia, ya que fue futbolista (aunque no llegó a debutar en Primera División) y este año presentó un film dedicado al mundo de la pelota: la enorme Fulboy, donde muestra con ojo clínico los momentos de mayor privacidad de los jugadores. Las concentraciones, los tiempos de ocio, el vestuario, la desnudez (literal y no), el sufrimiento, el lujo, los premios, los perfumes... Todo está ahí, entre sugerido y descarnado, entre lo introspectivo y lo superficial, llevado con gracia por la cámara de Martín, que volvió gracias a Fulboy a un mundo que conoce, reconoce y extraña. Con el que aún hoy sueña (también, literalmente).

De todo esto hablamos aquí abajo. Lean la nota y, cuando puedan, vean esta gran película. Yo sé lo que les digo:


DEL ROJO... Y DE DONDE JUEGUE TOMÁS

¿Hincha de?
Soy de Independiente. 

¿Cuán fanático?
Durante muchos años, infancia y adolescencia, fui a la cancha con mi papá y hermanos. Era el momento de encuentro familiar más importante, y creo que como a casi todos los aficionados, la simpatía futbolística funciona como una filiación que se entrecruza con procesos de identificación e identidad afectiva. Con el tiempo fui perdiendo esa conexión profunda, y me quedó el deseo de que Independiente gane, y fundamentalmente que le gane a Racing. Cuando mi hermano Tomás empezó a jugar profesionalmente me sentía atraído a ver cómo funcionaban sus equipos.

Y empezaste a hinchar por los equipos de él.
Un poco como si yo mismo estuviera viviendo eso que nunca viví. Entonces miraba la tabla de posiciones, evaluaba el rendimiento de los jugadores (y los técnicos) como desde adentro. Algo que yo no pude hacer, porque no llegué a jugar profesionalmente. Siempre me gustó mucho saber que pasaba en sus planteles. Las relaciones entre los jugadores, los vínculos con el cuerpo técnico, los hinchas y especialmente la relación económica con los dirigentes. También me interesaba ver cómo se movía por dentro el mercado de jugadores una vez finalizado los campeonatos. Esto pasó siempre en equipos del interior y del ascenso.

Volviendo a Independiente, ¿cómo viviste el descenso?
Era algo que pensaba que no podía suceder, más todavía después del descenso de River. Me sorprendió, lo sufrí pero no llegué a angustiarme. También seguí el ascenso con un fuerte deseo de que ganen, aunque cada partido me hacía ver y entender la ineludible realidad institucional y futbolística del club. Independiente hace tiempo que juega horriblemente, y creo que su situación institucional es tanto peor.

¿Qué opinás de que haya sido elegido presidente Hugo Moyano, con su hijo Pablo, Noray Nakis y Cristian Ritondo en la comisión?
Siento un poco de vergüenza por esta comisión directiva. Creo que porque me identifico política e ideológicamente con el kirchnerismo, y veo en esta junta una manifestación de la barbarie y la negación. Como una suerte de resurgimiento del espíritu noventista, que la gente sabe que no debe ser, pero que acompaña ciegamente y en silencio. Niegan la realidad por plata. Veo a Edipo. Un suicidio.

-Jugaste al fútbol, aunque no llegaste a debutar en Primera. ¿En qué puesto jugabas? ¿Por qué decidiste dejar?
Jugué en Ferrocarril Oeste, desde el '95 hasta el 2001.Era volante carrilero por izquierda, de los que corren mucho, con ida y vuelta, y también hacía goles. Jugaba bien. Cuando se fue haciendo el embudo de la cuarta división empecé a ser menos tenido en cuenta, y paralelamente había empezado la universidad que poco a poco despertaba un gran interés en mi. Por otro lado, un representante me hizo tomar una mala decisión, me fui de Ferro, y mi destino sería buscar suerte por el interior del país, lo que suponía comenzar el peregrinaje del futbolista asalariado.

¿Extrañás algo de ese mundo? ¿Tuviste compañeros que llegaron lejos?
Mis compañeros más conocidos fueron Fernando Sanjurjo, Luis Pupi Salmerón, Eugenio Klein, y también jugué durante un tiempo con Maxi Velázquez, de quien aprendí mucho. Lo que más extraño (todavía con sueños recurrentes) es lo que no tuve: jugar profesionalmente, ante la gente. Toda una vida de entrenamientos, para abandonar en el umbral del comienzo de la carrera profesional.


FULBOY: HOMBRES TRABAJANDO

El año pasado estrenaste Fulboy, tu primera película, un documental que muestra a los jugadores en situaciones que no solemos ver: la intimidad del vestuario y las concentraciones. ¿Qué situación de todas las vividas te resultó más sorprendente? 
Me sorprendió su consciencia de sí. Yo no conocía el vestuario de un plantel profesional, de un club importante. Son personas tímidas, sensibles con una autoestima muy fuerte. Entienden perfectamente el juego de los medios, los códigos y la vorágine del hincha. Creo que viven una vida envidiable desde lo emocional. No imagino otro trabajo tan apasionante con tanta demanda afectiva por tanta gente en tan poco tiempo, y con tanta frecuencia. Incertidumbre, dramatismo, épica, gloria, fervor. ¡Ahh! Tremendo el fútbol (risas). Por supuesto que además deben lidiar con la rutina, la cotidianidad, y todos los problemas de la vida misma. La guita, los garcas, la infidelidad, el fracaso, etc.

¿Cambió algo en los vestuarios desde que vos jugabas a hoy, o en ese sentido el fútbol es conservador?
El fútbol es conservador, en tanto es un gran negocio. Tiene sus formas, y códigos secretos. Yo jugaba al fútbol en donde el DT es una hegemonía. El amateurismo. En el fútbol profesional, el éxito de un grupo depende de cuán importantes y seguros se sientan los jugadores. En este sentido, me sorprendió la forma en que eso se lleva a cabo. Los hilos que se entretejen. Los liderazgos ocultos. La forma en que se conversa en las habitaciones del hotel. Los grupos, las amistades. El poder y la supervivencia. Las llamadas por celulares entretejiendo el futuro. Las informaciones cruzadas. Las opiniones. El equilibrio allí es muy delicado. Pende de un hilo todo el tiempo. Creo que supe leer muy bien esa jugada; lo hice con mucho afecto, y de ese modo accedí a la intimidad con la conducción de mi sentido cinematográfico.

¿La película te ayudó a comprender por qué dejaste de jugar o ya lo tenías muy en claro?
La película me devolvió un lugar dentro del fútbol. O al menos eso es lo que quiero creer (risas). Un lugar privilegiado. Que me gusta. Mi pequeño triunfo que nunca tuve como jugador. Yo todavía sueño que juego al fútbol. Entregué mi vida durante mucho tiempo a la ilusión de ser jugador de fútbol. Y de ese fracaso no es fácil reubicarse. Tardé bastante en reconocer que fue un fracaso. Fui a la facultad, hice 4 carreras. Soy profesor de inglés, periodista, Licenciado en comunicación, músico y estudiante de filosofía. Pero no me alcanzaba. Qué sé yo… Con el cine encontré algo de aquello.

Mostrás un costado de los jugadores casi tierno, una humanidad despojada y a la vez superficial; y se nota cierto sentimiento de tribu en los futbolistas. ¿Cuánto hay de cierto entre lo que se ve y lo que es? (Teniendo en cuenta que lo viviste en carne propia, jugando, y luego filmando).
Pienso que la película tiene muchas coincidencias con la verdad de lo que intenta hablar. La cosa es bastante así como se ve. De todas formas, traté de utilizar procedimientos cinematográficos que pongan en juego aquello que intento mostrar. Digo, que lo pongan en juego en su verdad. Creo que hablo del consumo todo el tiempo. La tribu es el código. Los grupos cambian cada pocos meses. Lo fundamental es establecer un liderazgo positivo e indubitable. Que sea genuino. Lo superficial es el acto de consumo. El tiempo libre es tiempo de consumo. El fútbol es un acto de consumo, porque tiene el espíritu de la juventud: diversión y dinero. Los futbolistas deben despejar la cancha para estar concentrados. El futbolista es futbolista todo el día. Y hoy está de moda. Su cuerpo, su pelo y su cultura marca tendencia, combina gueto con alta costura. Gucci y Fuerte Apache tienen algo en común allí dentro. De eso se trata el fútbol que miramos por televisión.

¿Cómo estás llevando el Mundial?
Atentamente. Aunque con cierto grado de espíritu historicista que se interpone en la incertidumbre del momento. De pronto, no sé si me gusta más la Argentina desequilibrada de la primera fase, o el devenido orden que la puso en la final hace apenas unos minutos. A propósito, me recomendaron incluir escenas del Mundial en la película. Futbolistas de Fulboy mirando el Mundial. Es algo que puede hacer que tenga mayor visibilidad en el extranjero. Y pienso que eso es el fútbol.
Disfruté mirando muchos partidos, y me emociona lo que pasa con un Mundial de fútbol. Creo que éste ha sido uno muy bueno. Con grandes demostraciones de destreza y despliegue técnico. Buenos partidos. Mucha evolución en el juego. Mucha inteligencia. Muchos tatuajes. Cuerpos perfectos. Creo que el Mundial de fútbol abre un espacio entre la gente, que nada más puede abrir. Como un portal hacia el inconsciente de la época. La sublimación del espíritu de la guerra, escuché ayer. Qué sé yo. Quizás sean las páginas más recordadas del imaginario colectivo mundial.

¿Dónde miraste los partidos? ¿Y con qué mirada?
No tengo televisión. Vi todos los partidos. Los he visto por Internet, en una estación de servicio (la mayoría), en bares, y con amigos. Creo que el Mundial de fútbol es la historia de todos. Ayer también vi una foto de un grupo de jugadores brasileros mientras les hacían masajes en un hotel, y parecía un fotograma de Fulboy. Lo cierto es que ese fotograma era mudo. Ausente. No había ningún deseo de ser allí. Una mera muestra de la rusticidad del periodismo que supo en este caso, aunque sea por un pequeño instante, ver lo prohibido. Creo que Fulboy es voluntad y deseo de ser. Me siento parte de la historia. Quién me quita esa ilusión.

LMEDA Mundial: hoy, Manza Esaín

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Vamos llegando al final del recorrido en La Música es del Aire Mundial. La casualidad quiso (aunque no me crean porque soy hincha de, fue casualidad) que nuestro mes y monedas mundialista abriera y cerrara con hinchas de Racing: Pol Neiman al comienzo, y Manza hoy. Quedan cosas por publicar, pero ya no serán entrevistas...

Mariano Manza Esaín es -siempre hay algún desprevenido- el productor estrella del rock underground. Y nos quedamos cortos: ha aportado su oído avezado a los más diversos y geniales discos del rock argentino de los últimos 15 años. Entre ellos los que hizo con sus propios proyectos, claro. A saber: Menos que Cero entre fines de los '90 y comienzos de los 2000, el hoy regresado trío que conforma con Flopa Lestani y Ariel Minimal; y Valle de Muñecas, grupo con el que ha publicado tres álbumes donde la canción rockera argentina llega a la cumbre melódica.

Además, Manza es un sufrido fanático de Racing y siente que la vida debe compensarlo por ello, le gustaría escuchar una canción suya cantada por la hinchada en el Cilindro... Y cree que hay cuatro países en el mundo donde el fútbol es cuestión de vida o muerte. Pero mejor sigan por aquí abajo:


RACING, LOS ÍDOLOS Y NICK HORNBY

¿Hincha de?
Hincha de Racing.

En una entrevista reciente dijiste que algunos de los mejores momentos de tu vida fueron en una cancha. ¿Cuándo empezaste a ir, de chico?
Fui por primera vez a los 9 o 10 años, y fui bastante intermitentemente. En el '99 o 2000, creo, me picó el bicho y me hice socio. Y desde entonces, voy de local siempre que puedo.

¿Qué momentos felices recordás más claramente? ¿Y qué momentos bochornosos? De esos que decís “para qué habré venido…”. Tenemos muchos (risas).
Y... hay de todo (risas). Momentos felices, obviamente el campeonato en cancha de Vélez, el golazo de Bedoya a River, la cancha llena en la Libertadores al año siguiente, ya con Ardiles dirigiendo y jugando un fútbol más acorde a mis gustos. Arruinarle el campeonato a Boca dos torneos seguidos, goleada incluida. Los (pocos) buenos momentos de Giovanni Moreno, que me hacían pensar que la belleza en el fútbol aun era posible.

¿Y de los otros?
De los otros: montones de derrotas impensadas, un partido con Estudiantes en el que me fui porque se pudrió todo en la tribuna (risas), y el silencio más grande que escuché en mi vida: la eliminación por penales de una Libertadores sin derrotas, a cancha llena sin público visitante casi, en el 2003.

¿Hiciste promesas por el fútbol alguna vez? ¿Tenés cábalas?
Creo que no. Bah… los días que juega Racing no uso nada rojo en mi vestimenta. Igual no funciona (risas).

¿Creés que tu música tiene algo de racinguista?
Jamás lo pensé. Lo que sí pensé es que por ser de Racing la vida tenía que compensarme por otro lado.

Quizá deba ser con la Selección... ¿Los mundiales los vivís con la misma intensidad o es distinto?
Es algo completamente distinto, hay mundiales (como éste) en los que no puedo dejar de ver todos los partidos. Sufrir, sufro sólo con la Selección, pero ni se acerca a lo que vivo con Racing.

¿Admirás más a tus ídolos deportivos o a los musicales?
Admiro más a los músicos, desde ya. Siempre existe la fantasía de que un futbolista que te gusta escuche buena música y le puedas regalar un disco; o que un músico que te gusta sea hincha del mismo equipo que vos. Pero son sólo ideas ridículas (risas).

¿Tenés informantes cuando se te cruza la profesión con el fútbol? Ahora se juegan muchos partidos los viernes y sábados… ¿O preferís no enterarte?
Estoy con el teléfono a full, ¡incluso viéndolo por tele digital en el aparato!

Sé que sos fan de Nick Hornby y de su libro Fiebre en las gradas, donde cuenta sus peripecias en la cancha, como hincha del Arsenal. ¿Creés que el fútbol se vive igual en todos lados?
Gran libro de Nick Hornby, con muchos momentos en los que te identificás (y a veces te sentís un idiota también). Creo que no es igual en todos lados: Argentina, Inglaterra, Brasil e Italia son los únicos países en donde el fútbol es cosa de vida o muerte. No sé si está bien, de hecho creo que no. ¡Pero es así y no lo podemos evitar! (Risas).


EL FÚTBOL Y LOS MÚSICOS

¿Te gustaría que alguna de tus canciones fuera reformulada como himno de cancha?
¿A quién no? Ya el hecho de escuchar en la cancha la canción de alguien que conozco personalmente me mueve.

¿De quién hablás, de Manuel Moretti y Ella dijo?
Y, ese es el ejemplo más cercano. El otro es el tema de Turf, pero no recuerdo que lo haya cantado mi hinchada [nota del editor: ¡sí, lo cantamos!]. Escuchar una mía sería tremendo. Pero ni en pedo compondría pensando en eso. Igual no sé qué pasa cuando la canta otro equipo que no es el tuyo...

¿Y cómo es la dinámica futbolera en Valle de Muñecas? ¿Los demás le dan pelota al fútbol?
Somos tres hinchas de Racing, Fernando [Blanco, el guitarrista], Lulo [el hermano de Manza y baterista del grupo, Luciano Esaín] y yo, pero soy el único al que le interesa el fútbol. Lulo nunca fue muy futbolero; suelo ir a la cancha con Pato, mi otro hermano. Y Mariano [López Gringauz, el bajista] es de River, pero no ejerce demasiado.

Tengo una impresión que vos me podés confirmar por trabajar con mucha gente: un porcentaje importante de músicos no le da bola al fútbol, ¿puede ser?
Diría que es cincuenta y cincuenta.

¿Ejemplos de ambos lados?
No sé, ¡en todas las bandas hay fanáticos! Minimal, los Cosmo, el Mosca, Chivas de normA, los Crema del Cielo, Santi de El Mató, Tom de Bestia Bebé. Al revés no sé, obvio que hay mucha gente a la cual no le interesa, pero también puede ser que no hablen de la cuestión. Yo hace mil años que toco, ¡y mucha gente se enteró de que me gusta el fútbol por una nota que hice este año! (Risas finales).


*Flopa Manza Minimal sigue presentándose todos los miércoles de julio (16, 23 y 30) en Ultra (San Martín 678, Capital Federal). Entradas anticipadas a $100 en Anthology Discos (Galería Bond Street, Av. Santa Fe 1670, Local 7) y en Oíd Mortales (Av. Corrientes 1145, Local 17).
En tanto, Valle de Muñecas se estará presentando en el Festival Encandila el sábado 26 de julio, junto a El Perrodiablo, Los Sub y Las Armas Bs. As. La cita será en Zaguán Sur (Moreno 2320, Capital Federal) a las 21 horas. Entrada: $50.

[Fotos de Manza por Victoria Schwindt.]

LMEDA Mundial: Una historia del llanto

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Por Facundo Miño periodista y docente

Todo pareciera ser una cuestión de costumbres nomás. Nos acostumbramos a las decepciones, a los retornos a casa antes de lo esperado, a que nos bajen las expectativas de un hondazo. Vivimos en cada Mundial el ciclo de la ilusión al desencanto. Aquel pasado glorioso y épico de finales consecutivas es cada vez más pasado, algo ocurrido allá lejos y hace tiempo.

Hernán Casciari escribió hace tiempo Acordate de olvidarte, un texto en el que realiza una analogía entre los recuerdos que tiene una persona a lo largo de su vida y su correspondiente versión digital. Así, en su ingeniosa mirada los txt ocupan un espacio ínfimo, los jpg son más respetables y los avi demandan un gran espacio de la memoria.

Una aplicación arbitraria de esta metodología podría asegurar que entre 1930 y 1950 la mayoría de los archivos son txt, puro texto. Conocemos la historia del Maracanazo por lo que leímos y por los que nos contaron. Basta buscar en Google esos cuatro primeros mundiales para comprobar que las imágenes eran en blanco y negro, generalmente fotografías estáticas de las formaciones de los equipos. A partir de allí y hasta México ’70 dominan los jpg. Desde entonces muchos de los archivos son avi aun cuando no tengamos la voluntad antropológica de Gonzalo Bonadeo.

Los que andamos entre los 30 y los 35 años  ya habíamos nacido cuando Argentina ganó la copa en el ’86 aunque, en la mayoría de los casos, no contamos con recuerdos genuinos de aquella consagración: los que atesoramos provienen de repeticiones y documentales posteriores. Para Italia ’90 sí hay recuerdos propios aunque dotados de una cuota de ingenuidad. Cuando Codesal cobra el penal de Sensini y mis viejos se amargan yo aseguro que el superhéroe Goycochea lo va a atajar. ¿No había sucedido así antes? ¿Por qué razón tenía que cambiar ahora si nosotros éramos campeones del mundo y estábamos destinados a confirmar nuestro poder?


LÁGRIMAS AZULES

Maradona, máximo transgresor de toda esa etapa, insulta a los italianos cuando silban el himno. Leemos sus labios. El mismo que le niega el saludo a Havelange, el mismo que llora. Desconozco si alguien lo hizo antes del Diego; intuyo que hubo algún caso pero no lo recuerdo y me animo a pensar que casi nadie los recuerda. La historia del llanto en los mundiales de fútbol se divide en AD (antes de Diego) y DD. Mis viejos me compraron El Gráfico porque se las puse en carretilla para que lo hicieran: “Héroes igual”, Maradona con la  camiseta azul, la medalla colgada y los ojos hinchados.

Estábamos malacostumbrados y encima no lo sabíamos o no lo queríamos saber. Al Mundial siguiente entramos por la ventana tras el terrible baile que nos dio Colombia en el Monumental.  Nos sacó Rumania en un partido imposible que no merecimos perder pero... perdimos. Batistuta, sin camiseta ni tatuajes a la vista, llora agachado la eliminación, sin poder entender lo sucedido. Igual, la imagen más recordada es la de Diego de la mano de la mujer rubia que lo lleva al control antidoping donde le van a cortar las piernas. Un archivo jpg que también es avi pero ya no txt, todos lo vimos, también, en vivo y en directo.

Y así como estábamos acostumbrados a las instancias finales nos fuimos acostumbrando a quedarnos afuera en películas avi con diferentes actores pero el mismo final anticipado. El cabezazo de Ortega en el `98. La vuelta a casa en primera ronda en 2002 (pródiga en lágrimas de Batistuta, Crespo, Aimar y el Piojo López, todos otra vez de azul) en esos horarios imposibles con esos resultados imposibles. Los penales de 2006 y el llanto desconsolado de Cambiasso más las lágrimas de Lucho González, de Coloccini, de Maxi Rodriguez y del propio Mascherano. En 2010 ni hubo llanto. La hecatombe y la paliza nos dejaron en shock, tan paralizados que ni siquiera aparecieron las lágrimas.

A partir de Corea-Japón, se produjo un quiebre en el vínculo entre los jugadores y la hinchada. Para explicar esta distancia se dijo que ellos millonarios que no sentían la camiseta y la hinchada que exigía jugar con el corazón. Paralelamente, una generación de publicistas usufructuó hasta el hartazgo la épica futbolera en años mundialistas con Quilmes a la cabeza.  Los goles por Eliminatorias y las frustraciones desde el '90 como partes del clip. ¿Cuántas veces vimos el gol de Riquelme a Brasil en el Monumental? Apenas un poco menos que el de Messi cuando les metió tres en un amistoso más reciente.

Pasaron 24 años desde la última final, camadas enteras de jugadores y cracks que se quedaron con las ganas. Recuerdo cada escenario y cada compañero con los que vi las sucesivas eliminaciones. Del tele familiar pasé a la casa de amigos, de la casa de amigos a las pantallas en el laburo. Por el horario de esta edición dejé la pantalla laboral y volví a la TV en familia.


MI ÚNICO HÉROE

Para este Mundial llegué con ganas pero sin confianza. Uno ya no cree en los superhéroes, está curtido en desilusiones tras cinco frustraciones. Si encima es hincha de Instituto, un equipo especializado en despilfarrar ascensos, más curtido todavía. Esta vez parece distinto. Es distinto. El llanto ya lo vimos en pantalla pero todavía seguimos en carrera. ¿Alguien se animará a decir, todavía, que los Pumas sienten más la camiseta que Mascherano porque lloran al cantar el Himno?

Ese tipo que ya tiene dos frustraciones sobre el lomo no está tatuado ni tiene piercings como muchos de sus colegas. Casi no tiene pelo así que tampoco usa peinados distintivos. No le hace falta, todos lo identificamos.  Ese  tipo tiene una cara de caballo que se acentúa aún más cuando llora. Ese tipo, en un ambiente muy homofóbico como el fútbol, cuenta que en el cierre con Robben no se desgarró sino que se abrió el ano. Sólo es un jugador de fútbol pero en la cancha tiene actos heroicos. En él se resume buena parte de la historia del llanto futbolístico argentino en formato avi. Basta mirar sus lágrimas en los mundiales anteriores para notar la enorme diferencia.

LMEDA Mundial: Un cumple, El Diego y el Regalo

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Por Cristian Bonomo director de Orphenica Lyra, músico de La Nube Mágica y columnista de La Otra.-Radio.

Cada cuatro años, un nuevo Mundial trae el recuerdo intacto de una tarde inolvidable.
22 de junio de 1986.
Imaginen a un chico cumpliendo quince años, con el fútbol a pleno, viviendo un Mundial con un Maradona a pleno.
Luego del almuerzo en familia llegó la torta, y con ella, la ceremonia de los deseos; adolescentemente mis tres deseos fueron:
Ganarle a los ingleses, no recuerdo, no recuerdo.

¿A cuántas personas se les cumple un deseo instantáneamente?
Primero, el gol de la picardía, o de la trampa, o de la impotencia.
Luego, el gol de la magia, y del tiempo y también, de la impotencia.
La memoria de aquel día es el regalo más preciado que he recibido en un cumpleaños.
Cada junio me repito contando una historia que me invade en un sueño recurrente, donde un colectivo, un túnel en Castelar que al salir desemboca en un campo de juego, o cualquier otro escenario me sorprende encontrándome con el Diego, pidiéndole con emoción y ansiedad que me escuche unos minutos para poder contarle de mi alegría por ese regalo infinito.

Mi recuerdo más antiguo con Maradona viene de mi infancia, en un partido entre Huracán y Argentinos Juniors de finales de los setenta, cuando mi abuelo, un fanático que me llevaba a ver a Huracán (yo soy de River) se me acercó al oído y señalando con el dedo en un tiro de esquina me dijo: Ése, ése es Maradona.
Los mundiales siguen y siguen.
Hace pocos días, luego de enfrentar a Irán, intentaron tildar al Diego de mufa.
En ese partido, al descubrir su presencia en el estadio a través de las pantallas gigantes, la hinchada comenzó a cantar, Die gó, Die gó, luego siguió el Maradooooo, Maradooooo. Siempre me sumaré a esa música.
También, en estos días del Mundial de Brasil, escuché a Maradona decir: A mí me pegaron en todos lados menos en la memoria. También me sumaré a esa música.


[Nota del editor: conocí esta historia durante el transcurso del Mundial, el día de aniversario de estos famosos goles de Maradona. Creí que la anécdota debía ser compartida en un día especial... Y hoy llegamos a ese día. Que sea el mejor epílogo.]

LMEDA Mundial: Epílogo

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[Post en dúplex con La Otra]

“Cuando se pierde por poco no se revisan los proyectos”.

Leí esta frase de Marcelo Bielsa en un foro racinguista que suelo visitar (sí, esas páginas partidarias algo ridículas donde los hinchas se reúnen a chatear, comentar novedades de su club, celebrar cuando va bien y elaborar todo tipo de teorías conspirativas cuando va mal). La derrota argentina fue tan exigua que vale aplicar los supuestos dichos del sabio Bielsa, y digo supuestos porque busqué y no encontré en Google. Se encontró un equipo noble, sacrificado, humilde, peleador pero buenaleche que pudo jugarle de igual a igual a una selección como la germana, que horas atrás había aplastado a Brasil en la mayor demostración de fútbol, superioridad física y mental, y desinterés por los “códigos” de la pelota que haya visto en mi vida.

Parece que Argentina, a medida que encontró su equipo -o mejor, su estructura defensiva-, perdió arriba. Atacantes maltrechos (Agüero, Higuaín; Di María afuera), más otros que jugaron más atrás en el campo de lo que acostumbran (Lavezzi) y otros a los que les quedó grande la camiseta (Palacio). Y un Messi que fue de mayor a menor, aunque levantó respecto del partido con Holanda. Si AFA fuera seria, debería confirmarse la continuidad de Sabella, no sólo por romper con la barrera de los cuartos de final sino por cómo se logró (los atributos mencionados arriba, más una unión de grupo que acaba de quedar clara hace instantes, con Sabella ofreciéndole una botella de agua a Lavezzi en el encuentro del plantel argentino con Cristina). El año que viene hay una Copa América que no cura el dolor de una final perdida, pero es un título que también nos debemos hace años.

En verdad: por una AFA seria, lo primero que debiera renovarse es la cúpula dirigencial, con Julio Grondona y su familia completa a la cabeza (¡todos tienen cargos, su mafioso e ingrato hijo dirige las categorías juveniles que hasta hace no mucho dirigió José Pekerman!). Ése es el principal cambio que debemos hacer. Y parece el más improbable.


***

Había tres jugadores que quería ver con la Copa en la mano, por ellos deseaba una Argentina campeona: Messi, Mascherano y Romero. El primero, por ser un deportista increíble, maravilloso, deslumbrante; y por ser un enigma humano. El segundo, porque se erigió Jugador del Pueblo sin necesidad de los medios, sólo con su corazón, su sacrificio y su buen fútbol (estar siempre en el lugar indicado es propio de los elegidos). El tercero, porque tuvo un Mundial impecable y deseaba la coronación de un hombre de la cuna de Racing, un pibe que sigue visitando el club cada vez que viene al país, con guantes, botines y demás regalos para los chicos de las divisiones inferiores.

Messi: el enigma humano. Me apena mucho, me destroza el corazón Messi. Recibiendo un premio que es puro marketing y sabe que no merece, porque su Mundial fue bueno, pero no fue extraordinario.
Messi decidió no ser campeón del mundo, aunque muchos nunca lo hayan pensado. Messi podría haberse retirado tranquilo ya, con todos los honores y títulos posibles que da el mundo del fútbol. Pero no. ¿De qué estoy hablando?

Messi eligió. En 2010, su Barcelona en pleno (no recuerdo si 7 u 8 de los jugadores titulares del club catalán) representaba a la selección española en el Mundial de Sudáfrica. Él podría haber estado ahí, jugando con ellos, haciendo dos o tres goles, o más, y consagrándose para siempre: pero Messi eligió ser argentino (o sea, representar a su patria de nacimiento en un mundo del fútbol en que eso no importa tanto; sin ir más lejos: el vencedor de ayer, Alemania, cuenta en su plantilla con una cantidad considerable de jugadores nacionalizados, entre ellos el máximo goleador en la historia de los mundiales, el polaco Miroslav Klose). En 2004, supimos de él cuando se organizó un ridículo amistoso de la Selección Sub 20 para que Messi tuviera presencia nacional y no fuera tentado (ya lo estaba siendo) por los españoles. Allí supimos quién era, nomás.

Diez años después, sabríamos mucho más. De su juego, de su historia relampagueante en el fútbol, rompiendo todos los récords habidos y por haber, de su gesto imperturbable y sus goles insólitos, muchos de ellos parecidos a los de Diego Armando Maradona. Del entusiasmo argentino por tener otra vez al mejor (si armáramos una ridícula lista de los 10 mejores de la historia, tendríamos de seguro a tres argentinos en ella).

Y para Messi parece ser un karma. No lo expresa, le cuesta. De por sí, las siempre odiosas comparaciones esta vez olvidan algo muy importante: Messi nunca podrá ser Maradona, porque Maradona es carisma puro, lleva con una pasión desorbitante todo lo que hace, se manda cagadas, siendo el mejor muchas veces hizo lo peor, es tan argentino que asusta. Lio eligió, pero en ese sentido no tiene nada que ver: tímido, intachable públicamente, sin condiciones de caudillo (más allá de la cinta de capitán), correcto y hasta plausible de amores por parte de la FIFA, esa que a Maradona lo tilda de mufa y lo desacredita.

Quizá Messi sea parte de una burbuja tal que ni sabe dónde está, o lo sabe demasiado bien y no lo puede superar. Muchas veces leo (y yo mismo pienso) comentarios del tipo“qué lindo ser Messi, qué lindo hacer algo tan bien, tener a las mejores minas, saber que estás salvado, que te quieran en todo el mundo”. En algo nos parecemos, entonces: debe ser horrible ser Maradona, o ser Messi, ¡qué mierda va a ser lindo! Y se nota que Messi lo sufre, aunque nada diga. En algún punto me hace acordar a Bart Simpson en su personaje del Niño Yo No Fui, con todo lo que te rodea pidiendo que hagas tu gracia. Y ser el mejor durante diez años debe ser lo más difícil. No quiero más.


Por empezar, porque Messi en Argentina nunca jugó de lo mismo que juega en Barcelona. ¿Qué hacía Messi agarrando la pelota en la mitad de la cancha, si en Barcelona es quien termina las jugadas? ¿Puede ser el mejor alguien que sólo se dedica a terminar? Ahí nos pega el Sindrome Maradona, porque queremos a otro igual, que se cargue todo al hombro. Pero Messi es el mejor. Es el mejor porque los rivales le dedicaban a sus dos piernas, al menos seis piernas ajenas. Lo respetaron porque le temían, y distraídos por Messi se olvidaron de Di María (los suizos), de Enzo Pérez (los holandeses), y de Lavezzi (ayer, para qué lo sacaste, Pachorra...).

Otra pregunta: ¿puede ser el mejor alguien que camina la cancha con el equipo parado en defensa? Reconozco que es difícil de soportar y es doloroso verlo pero, o aquí falló un pedido técnico o de sus propios compañeros (que no creo que haya existido: pedirle a Messi que presione más); o quienes le piden eso nunca vieron que en Barcelona juega 60 partidos por año y jamás de los jamases lo hace. Él es el rey y él, nada más ni nada menos, tiene que estar para el toque final. Son cosas que ya están en su juego y si no cambiaron fue porque nadie las recriminó. Tomad o dejad.

¿Qué carajo pensara Messi? Ya es el goleador histórico de uno de los clubes más prestigiosos del mundo, ya logró todo lo que puede lograr un deportista en ese ámbito, el de clubes. Sólo le queda, “sólo”, la espina que ayer no se pudo sacar. Así y todo, está cerca y seguramente se convierta en el goleador histórico de la Selección. Pero ayer no hizo el suyo. ¿Cómo explico que el único tipo que definió bien su mano a mano con Neuer fue Messi? ¿Qué por 10 centímetros, hoy, muchos periodistas, sabihondos de ocasión, y el común de la gente en las redes sociales, se está burlando de él y lo está criticando cuando, por esos diez míseros centímetros, podría estar amándolo y diciendo “es nuestro”? Porque el único de los delanteros argentinos que tuvo la frialdad de apuntar y no tirar a la marchanta fue él. Pero parece que el destino dice no, que él no puede o no quiere (harto de ser siempre el que hace la gracia, como El Niño Yo No Fui), que hay algo que no cierra. Y es muy doloroso: los mismos que cantan tu nombre con fervor y que te toman como bandera, se limpian el culo con esa misma bandera cuando el árbitro pita el final.

Por 10 centímetros.


La remera de los marcianos

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Tengo muchas remeras rockeras con las que me encariñé. Muchas que uso hace años, y otras que tuve y fui desechando (por ser de grupos que ahora no me gustan, más que nada: todas me quedarían si las tuviera, a lo sumo un poco más chicas, como para usar de entrecasa).

Si tengo que elegir una y sólo una me quedo con la que tiene la foto de portada de Marquee moon, de Television. Además de ser uno de mis discos favoritos -sino el más-, esa imagen tomada por Robert Mapplethorpe siempre me pareció hipnótica: no son cuatro seres humanos que hacen rock, sino que parecen extraterrestres congelados en un instante de máxima concentración. De Tom Verlaine siempre lo pensé -por su voz, por su manera de tocar la guitarra y por sus letras- pero los demás podrían haber sido tipos comunes si no fuera por esa foto. Para la remera que mandé hacer -es difícil conseguir remeras de Television, no son ni los Ramones ni los Stones- invertí los colores de la tapa: la remera blanca, las letras negras y la foto en el medio.

Elijo esta prenda porque ese disco de TV es un clásico algo oculto y todo aquel que lo conoce me lo hace saber cuando llevo la camiseta puesta: me pasó después de tocar en un bar, que el tipo de la barra agitara su puño desde lejos, mirándome, en señal de aprobación. Creí que le había gustado la música… pero cuando me acerqué descubrí que su alegría era por esa foto. Me contó que tenía el disco en vinilo y CD, y que también era uno de sus favoritos. Otro saludo de este tipo sucedió en un show de… ¡Onda Vaga! (probablemente el último show en el que imaginaría encontrar no un fan, siquiera un conocedor de la obra de Verlaine y Cía.). El flaco en cuestión fue casi tan entusiasta como el de la barra del bar y equiparó a Marquee moon con el debut de Velvet Underground, la vaca sagrada del rock alternativo.

Después hubo otros tantos saludos, cerveza ofrecida en cantidades en un show de los New York Dolls, cortesía de tres pibes emocionados que me daban toda la birra que tenían al grito de “¡Aguante Verláin!”, y pulgares para arriba por la calle (contados, no llegan a los dedos de las manos, ojo). Pero lo más gracioso sucedió cuando entrevisté a Walas para La música es del aire. Debo confesarlo: llevé la remera sabiendo que era probable que me dijera algo al respecto. En realidad, deseaba que lo hiciera. La nota se hizo en la previa de un show de Massacre en San Miguel, adentro de la camioneta de la banda, totalmente a oscuras. No bien me vio, Walas miró la remera y lanzó una de esos preguntas entre bizarras y lúcidas que suele tirar en los shows: “Ese disco… ¿es genial o es una mierda?”. Sonreí por dentro, había funcionado. Por supuesto, Walas me contó que tenía el disco, que le gustaba pero a la vez le parecía negativo que no tuviera hits comparado con otros álbumes de grupos de la época (creo que mencionó a Blondie y Ramones entre ellos; lo “negativo” lo interpreté así yo, creo).  Nuestros primeros minutos de charla a oscuras fueron sobre Marquee moon, y al final del debate me preguntó “¿pero a vos te gusta el disco?” y, claro, le respondí que era mi disco favorito.

En fin. A veces las remeras pueden funcionar como un código que entienden pocos, y en este caso esa foto genial estampada en una remera blanca me trajo varias anécdotas graciosas. Creo que se merecía ser ella la destacada y, aunque menos, la sigo usando de vez en cuando. Una cerveza no se le niega a nadie…

[Publicado en Arte Zeta el 4 de abril de este año, invitado a la sección Remeras rockeras.]

Para ir: Festival Encandila

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Matías y Federico Córdoba son dos capos. No por ser hinchas de Racing -bueno, un poco sí es por eso-, sino porque se ponen la camiseta y además de ser avezados y emprendedores periodistas (los invito a leerlos: Mati lo hizo en su momento con sus blogs Scaletric y Avellaneda Blues, Fede lo hace en Estados Desunidos y El otro Messi), gestionan festivales como el que sucederá esta noche en el Zaguán Sur.

El Festival Encandila presenta cuatro bandas para no perderse: Valle de Muñecas y El Perrodiablo, ambas trabajando en sus nuevos álbumes y con un vivo encendidísimo; Los Sub, que siguen presentando su discazo Confiá; y la novedad de Las Armas Bs. As., el costado guerrillero y conurbano de Ramiro García Morete y Joaquín Inza, de Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete. Si andan cerca, mándense que no se van a arrepentir. Por si las dudas (y por si no saben que haciendo clic en la imagen se agranda el afiche), anoten: la cita es en el peronista e ideal Zaguán Sur (Moreno 2320) a las 21 horas, y la entrada sale $50.

Después no digan que no les avisé.

Mejor Actor de Reparto: El premio de las canciones

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En el rock de Buenos Aires de los últimos diez años parece haber dos microcosmos más allá de la siempre atrayente luz capitalina: uno es la ciudad de La Plata, con su enorme cúmulo de bandas -patria indie y alternativa, cuna también de grandes e históricos-; y el otro es el aún más ecléctico rock del Oeste de la provincia. Aunque en los últimos años, el Sur también grita fuerte su “presente” -en especial de la mano del sello Triple RRR Discos-, nos hemos acostumbrado a recibir novedades en cantidades desde estas dos latitudes, de donde las bandas emergen casi por generación espontánea. El resultante enriqueció y redefinió sonidos y estéticas del rock local (en su ámbito más pequeño, al menos).

Una sensación casi mundial -bueno, exageremos un poco- atraviesa al concepto de Oeste: si el Sur es romántico por su paisaje grisáceo, aquella belleza descompuesta del arrabal y las fábricas; entonces el Oeste es, siempre, zona de conflictos, territorio en ebullición. Salvajismo. De las calles, de los bares más pulenta, de los equipos de fútbol con las barrabravas más temerarias y pintorescas (entre comillas), del tren más -tristemente- célebre del conglomerado, de los Barones del Conurbano que se eternizan en las intendencias, de los lugares más trasmano del mundo, de la avenida más larga y más rea, de la inseguridad más acechante y asesina (bueno, eso dicen los medios)... Y de las bandas de rock multipalo. Se puede aseverar que la cantidad de grupos que emergieron de por allí abren un abanico de géneros sorprendente: hemos visto pasar ante nuestros ojos y con mayor o menor fortuna a cantautores intimistas (Coiffeur, Juanito el Cantor, el insólitamente ignoto Checho Flá); cancionistas calamarescos (Ella Es Tan Cargosa...); latinistas empedernidos (Nuca, Yicos); folklóricos que rockean (Semilla); poperos sofisticados (Ojas); y los que mezclan todo lo anterior (Árbol). También personajes que merecen el cartel de genios inclasificables, como Botis Machín -hoy solista errante- y su colectivo La Manzana Cromática Protoplasmática.

***
Soy un idiota.
Así, con esas palabras, comienza el álbum debut de Mejor Actor de Reparto. Lo sospechamos desde un principio: tienen que ser del Oeste.
Probablemente nada, la primera canción, descarta pronto la idea de un horizonte amable -¿o acaso no son queribles los actores segundones que reciben el Oscar del montón?- para ser en cambio el primer cachetazo de un debut más bien salvaje. El estribillo de la canción perturba por su indefinición: Mauro Duek, la voz cantora, grita que todo le habla “de tu, de tu, de tu...”. Así, incompleto. ¿¿¿De ??? ¿De tu qué? Nunca se sabe. Se lee estúpido, pero escúchenlo: es más desesperante de lo que parece.


En el camino de este debut homónimo (escuchen aquí) nos encontramos con un bloque de canciones rudas y otro de piezas más sosegadas, un equilibrio que le sienta bien al sonido prístino pero punkie del disco. Detalle fundamental: la producción corre por cuenta de dos Barones del Oeste, que han demostrado saber del tema: Pablo Romero y Matías El Chávez Mendez.

En esa ambivalencia que vuelve indispensable a todos los tracks -nada sobra- el primer puesto del bloque rudo se lo lleva Si querés. La música va en crescendo de la mano de una letra que comienza con propuestas ¿amorosas?, que luego pasan a un tono oscurísimo. El hombre comienza romántico, pero de “cumplir tus promesas mirando el mar” a “escupirle a un ciego”, “poner una bomba donde haya gente”; y luego “saltar de la terraza, colgarse del cuello y romperlo todo” termina habiendo casi un solo paso. Aunque sea el que avanza del Abismo a la Nada. Hay que animarse a cantarlo todo así de fuerte y claro.

Desde el otro polo, las canciones más cristalinas no por ello dejan de acarrear rencor; el de la distancia y el adiós. Parece ser la temática inevitable de todo el álbum. Hush, con su pulso folk, se eleva desde el primer play como el hit más potable, con sus latiguillos irónicos -¡ya estamos grandes y vacunados!- que redundan en las pocas ganas del protagonista de recibir cuestionamientos (“no me digas nada más”). Tren que tren -el Oeste, el Conurbano, sí- y su amago de estribillo que tampoco llega, se erige como el momento contemplativo o lo más cercano a un slow tempo. Y Sábado es, por poco, la excepción al desencanto, en tanto podría ser de un grupo de los sesenta si no fuera por algunas irrupciones guitarrísticas más dignas de Pixies que de Beatles. Todo vuelve a su lugar.

El último tema del álbum funciona como el broche de oro y la consumación de -sí, así de pronto- eso que los críticos llaman estilo propio. Construcción parece tenerlo todo para ser una canción memorable: el desarrollo del tema está montado pacientemente, es casi fílmico y hace equilibrio entre las melodías épicas cantadas por una garganta a punto de quebrarse, las guitarras sutiles que se tornarán filosas y la sensación de que todo flota y viaja a la altura y la velocidad adecuadas.

Si el Oeste vistió en todos estos años un traje multicolor, se puede decir que Mejor Actor de Reparto queda perfecto de negro: de camperas de cuero o de traje, estos cuatro jovenzuelos ya están listos para saltar. Ellos mismos lo cantan: “Sólo la canción te va a salvar/ la película que protagonizar, ya empezó”.
Y el premio no tardará en llegar.


[Publicado en Revista Domo, en su edición de junio.
Foto de la banda por Magdalena Pardo.
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Dos semanas de musicalizador

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Hace un par de semanas (o poco más, no me pidan tanta memoria), Agustín Pisani, genial escritor-monologuista-humorista-conductor que conocí por medio de Pablo Vidal (La Perla Irregular), me invitó a musicalizar el programa que hace junto a Federico Di Paolo en Radio Atómika, intitulado BocaBoca y que sale de lunes a viernes de 11 a 13 horas.

La propuesta que me hizo Agustín fue concreta: "elegí 30 canciones y las pasamos durante dos semanas". Es una práctica que llevan a cabo desde que BocaBoca comenzó: invitan a músicos, periodistas y allegados a que elijan sus canciones favoritas (o las que se les canten en el momento) para que roten en el programa. Por supuesto que acepté al instante, la idea era noble, me encantó y supe que cumplirían con la difusión.

Como la selección era totalmente libre, decidí pasar (díganme hipster, pero es lo que hago acá también) treinta bandas y solistas underground, o como más les guste decir. Los hay con un solo disco y otros de más trayectoria, pero lo que sonó fue esto que les presento aquí abajo, por si les interesa descargar y escuchar. Hice una selección bastante exhaustiva, abriendo el juego a distintos tipos de "rock" y debiendo descartar al menos otra treintena de grupos que podrían haber estado tranquilamente. Será la próxima.

Lucas Martí y Dario Jalfin - Hacer real
Miro y su fabulosa orquesta de juguete - Epifanía #32
Sig Ragga - Chaplin
Fede Cabral - Berlín
Viva Elástico - El gran encuentro
Mejor Actor de Reparto - Construcción
Los Sub - Todo lo que quiero en este momento, oh
El Atolón de Funafuti - Octoplus
Mi Amigo Invencible - Salto del nido
El Perrodiablo - Algo sobre estar vivo
Shaman y los Hombres en llamas - Perdemos la piel
Gabo Ferro - Lo que no se puede decir
María Pien - Madera y mano
Florencia Ruiz - El futuro, flor
La Joven Guarrior - Chica de Puán
Fotos del Otoño - Alfil
Acorazado Potemkin - Desert
Botis - Historias de barriletes
Panza - Nada es rosa
Mostruo! - El control 
Thes Siniestros - Alabanza 
Un día perfecto para el pez banana - México
Valle de Muñecas - Vanidad 
Alfonso Barbieri (con Lucio Mantel y Palo Pandolfo) - Renacer
Pablo Dacal - Tanta rigidez 
Andrés Ruiz - Cuando al rebaño quiero matar
ChauCoco! - Nada nuevo
Prietto viaja al cosmos con Mariano - El bombero
Bichos - Nena 
Zelmar Garín y Eduardo Herrera - Gospel 

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Andrés Ruiz: soy El Visitante

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“La cultura rock me dio la idea de la mutación constante y de no luchar por adaptarme, sino más bien encontrar un espacio en donde ser un inadaptado”.
Daniel Melero.
***

Hace más o menos un mes -no me pidan exactitud, gracias- me encontré con Andrés Ruiz en su casa de Once. Nos debíamos el encuentro desde la salida de Huésped, su último disco; entonces pudimos saldar la deuda.
Supongo que hay varios detalles de Huésped que cualquier lector curioso/seguidor del rock independiente habrá descubierto en el sinfín de notas que Andrés dio. Pero bien vale recordar algunos de esos pormenores de la realización del disco para comprender mejor el resultado final.

Huésped fue compuesto pieza por pieza, canción por canción, para volverse disco allí. No sé cuán común es este procedimiento pero parece haber funcionado más que bien. Explico mejor: la canción uno del disco, Luna de verano, es también la primera canción compuesta y grabadapara el disco. El desafío de Andrés -me dijo que tiene temas para tirar al techo- consistió en componer el disco completo utilizando la Metodología Mostaza Merlo: paso a paso. Si el tema uno iba por un lugar, el tema dos no iría exactamente por el mismo. Un ejercicio de composición, un poco para divertirse y otro poco para huir de aquello que ya tenía y podría haber grabado. La famosa foto del momento, quizá.

Lo otro que ya se leyó y repito: Ruiz toca, a excepción de los saxos marcianos del merlense Sergio Merce, todo lo que suena en el álbum. Me sorprendió no leer en ninguna crónica que Andrés llevó a cabo una restricción consigo mismo como instrumentista: la batería, su instrumento “principal” durante años -aunque no en su faceta solista, claro-, está programada -o “electrónica”, como más gusten- en todos los temas. No sé qué fue primero, si el huevo o la gallina. Al ser Huésped un disco casero, grabar una batería en condiciones óptimas era muy difícil... Pero debo suponer que la primera decisión que tomó respecto del álbum fue sonora.

Ese sonido gélido, sumado a otras texturas que tienen un valor protagónico dentro de la obra -los sintetizadores- le da al disco un carácter ochentas innegable. Así, la ligazón con cierto rock argentino de aquellos días resulta inevitable, empezando por Silencio de Los Encargados, nave insignia del tecnopop en nuestro país. También, aunque sea obvio, puede asociarse a Huésped con obras más reconocidas como Privé de Spinetta y una de las cumbres del rock argentino, el Modern clixs de Charly.


Más allá de Meleros y Charlys, hay un condimento que resalta cada día más en los discos de Andrés Ruiz. En lo que podría catalogarse como una trilogía dentro de su discografía -los últimos: Ruiseñor, Un santo nuevoy Huésped-, donde se nota un devenir de AR hacia lo cancionero cada vez más sintético, lo que creció de manera exponencial es su voz, que llega a un nivel de expresión notable. Sospecho que Andrés es uno de los mejores cantores de su generación, no por capacidades técnicas o de registro sino por su caudal interpretativo. Si me había resultado sorprendente cuán claro dice su performance en el mencionado Ruiseñor -descubrí su obra con ese disco, luego fui para atrás-, a estas alturas ha perfeccionado notoriamente esa cualidad de susurrar como un príncipe glamoroso. Casi que logra croonerearla a niveles Bowie y Moura. Definitivamente, esa profundidad vocal es la clave y una de las marcas distintivas en canciones notables como Trono, Estallará la noche o Las almas.

En sus letras también hay un universo propio, donde los animales y la naturaleza son la referencia constante para apelar a mundos más cercanos con lo fantástico que con lo cotidiano. Ese universo lo emparenta con artistas tan disímiles entre sí como Ciro Pertusi (obsesionado por los perros y los pájaros) y Spinetta (bueno, el Flaco ha tenido tal obra e influencia que es inevitable no ligarlo a casi todo lo que anda rondando por ahí... pero no me digan que estos versos de Brote no les remiten a A estos hombres tristes, por ejemplo: Cuando despierto empiezo a brotar/ Soy un tallo que va germinando/ Me hundo en el pasto/ y avanzo hacia el fulgor/ Mis raíces se han cansado/ de esperarlo todo").

Para terminar, vale recaer en otro concepto que Andrés resaltó en varias entrevistas. Al ser consultado sobre el nombre del disco, Ruiz aseguró que lo de "huésped" apunta a que no se siente parte de ninguna movida: "La palabra huésped implica un sentimiento de no pertenencia, el invitado no es de aquí ni es de allá. Es recibido, acogido, pero nunca será parte. De alguna manera me siento así".

Y tiene razón: su canción no es ni indie, ni latina, ni beatle, ni otracanción. Aunque bien sepamos cómo se manejan las radios y los grandes medios difusores en general, no deja de resultar un enigma que siquiera un musicalizador agarre este Huésped y lo haga sonar. Será como dice el autor, también: "Mi música es periférica. (...) Está ahí, en las sombras, llamando cada vez más la atención".

Esperaremos los próximos movimientos sabiendo que Andrés, como enuncia Melero, debe estar buscando el nuevo espacio en donde ser un inadaptado.


*Andrés Ruiz continúa presentando Huésped este viernes 22 a las 23.30, en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, Capital). Entrada: $60.

[Fotos de Camel Alzat.]

Para ir: Orquesta de Música Sudamericana

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La Orquesta Sudamericana es una agrupación dirigida por la pianista y compositora argentina Nora Sarmoria. Hace siete años, este grupo de 20 músicos (a la directora se suman Ivana Traboulsi y Mariel Sala en violín; Mariano Kahayan y Anahí Parrilla Belfer en violoncello; Sebastián Heudtlass en bajo; Lucas Mantovani y Gabriel Medina en flauta traversa; Javier Banchio y Patricio Bottcher en clarinete; Matías Carazzo en saxo soprano; Ignacio Oliva en saxo alto; Andrés Jorge en saxo tenor; Héctor Cantin en saxo barítono; Ary Lacanna en trompeta; Martín Robbio en piano; Luna Felenbok en voz; Violeta Juárez y Emiliana Piccini en guitarra; y Juan Cruz Donati en percusión) interpreta temas de diversos autores del continente como Hermeto Pascoal, Eduardo Mateo, Cuchi Leguizamón, Egberto Gismonti, Hugo Fattoruso, entre otros.

Ya publicaron dos álbumes de estudio y son músicos jóvenes que han tocado en diversos escenarios de Buenos Aires (el CAFF, el Centro Cultural Haroldo Conti, el Centro Cultural Adán Buenosayres, la Biblioteca Nacional, el teatro IFT y Tecnópolis). Con arreglos propios y el aporte de composiciones originales de su directora y de algunos de sus integrantes, la Orquesta se propone el desafío de plasmar con una sonoridad y orquestación sinfónica los distintos estilos y ritmos de Sudamérica.

Desde sus comienzos, además, realizaron ciclos de shows en el espacio NoAvestruz, que los alojará nuevamente los próximos viernes de septiembre. La cosa arranca hoy, viernes 5, y se extiende al 12 y el 19 del corriente. Como suele suceder, para la ocasión contarán con invitados especiales en cada fecha. Hoy los acompañarán Quique Sinesi e Hikaro Iwakawa; el viernes 12 lo hará Juan Falú; y la fecha de cierre, el viernes 19, se presentarán junto a Juan Quintero.

Quedan invitados, nosotros también nos daremos una vuelta. No solemos hacer este tipo de difusión pero cuando aparecen proyectos nobles como el de la Orquesta, sentimos casi la obligación de levantarles el pulgar.


*La Orquesta de Música Sudamericana se presenta los viernes 5, 12 y 19 de septiembre en NoAvestruz (Humboldt 1857. Palermo). Entrada: $70. Reservas al: 4777-6956 o escribiendo a reservas@noavestruz.com.ar.
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